En marco de una doble jornada de festejo por el 25 aniversario de la Auditoría General de la Nación (AGN), el ex presidente del organismo, Leandro Despouy, brindó un breve discurso en un panel dedicado exclusivamente al tratamiento de la cuenta de inversión, del cual además participaron otros ex titulares de la AGN.

Desde el 2000 en adelante, gracias a una articulación fundamental con la Comisión Mixta Revisora de Cuentas, se fue recuperando el atraso que había en el tratamiento de la cuenta de inversión llegando a márgenes legales, analizó Despouy en el Salón Eva Perón, donde presidió las reuniones del Colegio de Auditores entre 2002 y 2016.

Asimismo, tal cual manifestó el Auditor General Alejandro Nieva en la primera reunión de Colegio del mes de abril, Despouy remarcó que la aprobación de la cuenta de inversión no significa exonerar de responsabilidad a los funcionarios por los actos que sean de gestión o de administración de fondos públicos donde puedan haber existido desvíos o abusos.

En ese sentido, recordó que fueron muchas las oportunidades en que la cuenta de inversión no fue tratada y que en algunos casos ni llegó al Congreso. Es un requisito necesario la previa presentación y tratamiento de la cuenta por parte de la AGN para que luego la trate el Congreso, advirtió y sostuvo que es una imposición de la Constitución Nacional hacer un tratamiento parlamentario fundado y con profundidad.

Al profundizar sobre el presupuesto general de la administración pública y su control, Despouy destacó que faltan indicadores claros para analizar su ejecución y los resultados de las metas planteadas en su presentación. Eso es lo que le permitiría a la AGN hacer una evaluación mucho más ajustada a la realidad, aseguró.

Además, se refirió a la enorme distorsión que existe entre el presupuesto que se aprueba y el que se ejecuta. Son pocos los países en crisis que registran márgenes de distorsión tan asentados como Argentina, comparó Despouy y detalló: En 2007 hubo casi un 31 % de diferencia, lo cual transforma al presupuesto en una alegoría.

Para Despouy, esa diferencia entre el presupuesto presentado y el que se ejecuta tiene que ver con las transferencias, a las que llama discrecionales. La reasignación de recursos aparece como una facultad muy utilizada, por eso es necesario establecer criterios previos, subrayó.

Hay mucha diferencia entre provincias de acuerdo a las transferencias discrecionales. En una misma región hay distintas distribuciones de fondos, continuó Despouy y concluyó: Es un tema que hay que verlo para que las ejecuciones presupuestarias no tengan tanta incidencia en las decisiones políticas o de alguna manera que puedan ser una herramienta electoral.