A pesar de algunos proyectos de ley como la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que marcaron la agenda política, social y de los medios de comunicación, la cantidad de normativas aprobadas decayó junto con la actividad parlamentaria, por lo que el trabajo legislativo cerró 2018 en baja en relación a años anteriores.

El primer dato es que, el año pasado, el Congreso tuvo solamente 23 sesiones durante el período ordinario (11 en Diputados y 12 en Senado), a las que habría que sumar las dos sesiones extraordinarias (una en cada cámara). Lo llamativo es que, comparado con otros años en los que no hubo elecciones, la cifra es baja. En 2016, por ejemplo, tuvieron lugar 38 sesiones y en 2017 hubo 29 a pesar de las elecciones legislativas.

En cuanto a leyes sancionadas, se dio la particularidad de ser el año con la menor actividad desde la vuelta a la democracia, solamente superando a 1983, período parcialmente democrático.

En 1983 se aprobaron 21 leyes, 35 años después solamente 36 normativas fueron sancionadas. En 2017 fueron 75, un año atrás 96 y en 2015, el récord de 120.

También se produjo un descenso significativo en la cantidad de leyes que quedaron con sanción de una de las dos cámaras. En 2018 existieron 82 proyectos (el Senado fue quien más normas dejó en este estado: 62 contra 20). En 2017 la cifra fue de 169, en 2016 habían obtenido ese status 212 iniciativas y en 2015 un total de 261.

Cuando se analiza el origen de las leyes, nueve fueron enviadas al Congreso desde el Poder Ejecutivo (25% del total). Esa tasa de participación se mantiene estable ya que en 2016, el año después de la asunción de Mauricio Macri, su actividad representó el 27% de los proyectos y en 2017 tuvo injerencia en el 28%. Por supuesto los porcentajes traducidos a cantidad de normas generan una diferencia aún mayor.

De las 36 leyes aprobadas en el período ordinario 2018, el 75% tuvieron su origen en el Poder Legislativo (27). De las mismas, 11 fueron presentadas por legisladores del oficialismo (40%), 8 por la oposición (30%) y 8 fueron proyectos firmados por legisladores del oficialismo y la oposición (30%).

El aspecto positivo del período es que se pudo revertir la tendencia de aprobación de leyes relativas a declaraciones de festividades, días y capitales. La mayor aprobación de iniciativas pasó en el rubro económico, con 12 normativas. En materia judicial hubo 5 leyes (régimen de subrogantes y reparación económica a hijos de víctimas de femicidios, entre otras) y en lo social se sancionaron 4, como la modificación de la ley de trasplantes.

Por último, también hubo una baja en la cantidad de sesiones informativas con la participación del Jefe de Gabinete, Marcos Peña. Según el artículo 101 de la Constitución Nacional: El Jefe de Gabinete de Ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del Gobierno. Peña acudió 7 veces al Congreso (4 al Senado y 3 a Diputados), una menos que en 2017 (8 de 8 posibles) y 3 más que en 2016 (4 oportunidades).