Hace unos días se conoció el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) por el cual el Gobierno Nacional aumentó la previsión de gastos al pasar de $860.000 millones a $1.083.000 millones. Mientras que según la Ley de Presupuesto 2014 se lograría un resultado superavitario, con las modificaciones que se introdujeron ya se estaría incurriendo en un déficit de $155.000 millones.

Según la información que publica la AFIP, en los primeros siete meses del año los ingresos con los que cuenta el Estado aumentaron un 34,7%. Sin embargo, los gastos se incrementaron a un ritmo del 43%.

Sin modificaciones en la legislación tributaria, la recaudación de recursos depende fundamentalmente del nivel de actividad. En un  marco de recesión, los recursos han logrado aumentar, básicamente, por la inflación para los impuestos indirectos, por el aumento del dólar para los impuestos aduaneros y por el escaso aumento en los salarios en lo que corresponde a los ingresos de la Seguridad Social. En tanto, el aumento en el gasto es una simple decisión de la política económica.

Con una tasa de crecimiento de los ingresos de la Nación en menos del 35% y con un crecimiento del gasto público del 43%, no es posible esperar para fin de año un déficit mucho más voluminoso que al que se llegó el año pasado ($85.000 millones en la versión oficial).

El estado Nacional no tiene otra fuente de financiamiento para poder incurrir en este déficit que no sean los recursos de los jubilados acumulados en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). Igualmente, aún teniendo en cuenta ese monto, se llegará a un abultado déficit. De hecho, si no se contabilizan como ingresos los recursos que se utilizan del FGS que administra la ANSES y aquellos que surgen de la revaluación de las reservas en poder del Banco Central como consecuencia de las devaluaciones, el déficit para 2014 llegaría a $ 260.000 millones.

Para poner en perspectiva esta situación, los números del Estado Nacional son los siguientes:

Recursos recaudados en Argentina

         $ 928.305.198.626

Gasto del Gobierno Argentino

     $ 1.083.728.180.572

Déficit Fiscal

       $ 155.422.981.946

Deuda del Estado Argentino

     $ 1.670.340.000.000

Al quitarle siete ceros a las cifras anteriores e imaginar que esos números corresponden a los de una familia los resultados serían los siguientes: 

 

Ingresos Familiares anuales

                    $   92.831

Gastos de la familia en un año

                   $  108.373

Nueva deuda a la tarjeta de crédito

                     $ 15.542

Saldo pendiente de pago a la tarjeta

                     $ 167.034

Es claro que ninguna familia adoptaría esta política de mantener gastos por encima de sus ingresos cuando ya se encuentra endeudada. Otra comparación útil para entender las cifras del Estado es indicar que el gasto público del gobierno Nacional de más de un billón de pesos equivale a  32 veces a lo destinado al presupuesto de Salud, 17 veces a lo destinado en Educación o 46 veces a la Seguridad.

El análisis de los aumentos en las previsiones de gastos, aprobadas recientemente, da la pauta de las prioridades de la acción de gobierno, de las urgencias y de la política económica en general. Entre los principales incrementos se encuentran los relacionados con las transferencias a las empresas prestadoras de servicio eléctrico producto del mantenimiento de la política de subsidios de las tarifas que pagan los consumidores. Continuar subsidiando la energía eléctrica y el gas domiciliario implicará una mayor necesidad de recursos respecto de la estimada a principios de año por un monto de $ 135.000 millones donde se destacan los aumentos de crédito a la empresa CAMMESA por $ 40.000 millones.

En cuanto a los gastos para subsidiar el sistema de transporte automotor, el sistema ferroviario y el transporte aerocomercial necesitará casi $ 18.000 millones más para cubrir las necesidades hasta fin de año.

Las transferencias con destino al financiamiento de empresas públicas también son de importancia. Las ampliaciones en las partidas destinadas a financiar gastos operativos superaron los $23.000 millones, lo que significa que continúan evidenciando déficits y necesitan del financiamiento estatal para continuar operando. En igual situación se encuentra la empresa Aerolíneas Argentinas que necesitará $ 1.000 millones más de lo estipulado para continuar operando. Según el Poder Ejecutivo, esta empresa tendría este año un déficit superior a los $4.000 millones, a pesar de los anuncios reiterados sobre los avances en la gestión.

En el caso de las transferencias a la empresa ENARSA, la mayor parte se destina al financiamiento de la importación de combustible. Con el aumento otorgado, este año la empresa recibiría una asistencia financiera, que principalmente se utiliza para la importación de combustibles, por más de $40.000 millones, aunque aún así tendrá déficit.

En el caso de los incrementos de financiamiento para el sector agropecuario y a la Industria no puede decirse lo mismo. Estos sectores prácticamente no recibieron aumentos pese a contar con escasos presupuestos.

Por otro lado, tanto lo que está previsto para el pago de jubilaciones y pensiones así como los montos destinados a las ayudas sociales fueron incrementadas en una muy escasa magnitud. Lo mismo ocurre con los gastos previstos para mejorar el estado de inseguridad. Los recursos destinados al Ministerio de Seguridad apenas se elevaron un 2,1% respecto a lo establecido por el Presupuesto.

El gasto público es una decisión de la política económica. Tal vez la más importante porque marca el rumbo que se pretende seguir. Se eligió proceder con un ajuste al sector privado, ya sea a las personas como a las empresas, mientras se eleva el déficit del Estado y, por tanto, la inflación y la deuda a pagar en el futuro cercano.