El pasado 10 de noviembre, la  Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) presentó en París un informe sobre el desarrollo de la ciencia hacia 2030. Nuestro país fue mencionado por la inversión y la creación del satélite ARSAT-1, mientras que Brasil fue el destacado de la región.

Tras la reciente adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el período 2015-2030 por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Informe sobre Ciencia de la UNESCO pone de manifiesto que la investigación es un factor de aceleración del desarrollo económico y, a la vez, un elemento determinante en la construcción de sociedades más sostenibles y susceptibles de preservar mejor los recursos naturales del planeta, afirmó la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.

La primera enseñanza del informe es que, a pesar de la crisis económica que azotó en 2008 a los países industrializados, el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) a nivel mundial creció, pasando de 1,132 billones de dólares en 2007 a 1,478 billones en 2013. Esto marca un incremente del 31%, porcentaje muy superior al 20% de aumento experimentado en ese mismo período por el Producto Bruto Interno (PBI) de todos los países del mundo.

El país del mundo que más invierte en I+D son los Estados Unidos, ya que su gasto interior bruto por este concepto representa el 28,1% del efectuado en todo el mundo, remarca el informe y además asegura que en algunos países como Brasil, la India y Turquía, las inversiones en I+D están aumentando a un ritmo acelerado.

América Latina

Uno de los avances más notorios presentado en este informe es que son numerosos los países de América Latina que cuentan con instrumentos de políticas perfeccionados en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).

En el periodo examinado, se experimentó un fuerte aumento en la participación de esta región en la enseñanza superior, así como en la disponibilidad de recursos humanos en el ámbito de la Investigación y Desarrollo y de la producción científica.

No obstante, si se exceptúa Brasil, son pocos los países latinoamericanos donde la intensidad de las actividades de I+D alcanza un dinamismo comparable al registrado en los países con economías de mercado emergentes, explica el organismo.

El trabajo señala que Brasil es el único país de América Latina que gasta más del 1% de su Producto Bruto Interno (PBI) en I+D, y esto demuestra que el gasto de la mayoría de los países de la región por este concepto se cifra en menos de la mitad de ese porcentaje, lo cual les sitúa por debajo del promedio observado en las naciones de ingresos medios bajos.

Pero también los elogios llegaron a estos pagos: Argentina y Brasil pueden enorgullecerse de poseer programas de investigación espacial cada vez más perfeccionados y ambiciosos. La UNESCO argumentó que en 2014 Argentina se lanzó el satélite de comunicaciones ARSAT-1, el primero en su género fabricado totalmente en América Latina.

Desigualdad de género

En nuestro país cada vez está más latente la lucha por la igualdad de género. Según explica el informe, aunque las mujeres han logrado la paridad en el estudiantado que cursa estudios de máster en ciencias, solamente representan el 43% de los estudiantes que obtienen un doctorado a nivel mundial.

La disparidad entre los sexos se agudiza en el escalón siguiente, ya que sólo un 28,4% del personal de investigación en el mundo son mujeres y además, el acceso de las investigadoras a fuentes de financiación de su actividad es más reducido que el de sus colegas masculinos y son menos numerosas en las universidades de mayor prestigio concluye la UNESCO.

Las regiones del mundo que cuentan con más investigadoras son Europa Sudoriental (49%), el Caribe, Asia Central y América Latina (44%).