Según un estudio, “la tasa de suicidios entre veteranos de guerra en Irak y Afganistán es un 50% más alta que el del resto de la población”, lo que determina que 22 soldados por día se quitan la vida. 

Sucede porque cuando regresan a sus hogares, luego haber cumplido el servicio militar, muchos padecen síndromes post traumáticos y se enfrentan con dificultades económicas y sociales, como el desempleo o la falta de vivienda. 

Con el objetivo de ayudar a aquellos que se encuentran en esta situación, se creó el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos (VA) que tiene a cargo un programa de “preferencias de contratación para las empresas de los veteranos de guerra discapacitados o veteranos de guerra” que quieran ser proveedores del Estado.

La Auditoría norteamericana (GAO) aseguró que en relación a su informe del 2013, la agencia “hizo importantes mejoras en su proceso de verificación y comunicación” con los que sirvieron a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

Tanto es así, que el programa creció de “2.900 firmas verificadas en 2010 a más de 7.400 en 2015”. 

El gobierno pasó de destinar “616 millones de dólares en 2006” para contratar a Pequeñas Empresas de Veteranos (VOSBs) a “4 mil millones de dólares en 2014”. Del monto de 2006, 356 millones se consignaron a Pequeñas Empresas de Veteranos con Discapacidad (SDVOSB), mientras que para el año pasado, la suma aumentó a 3.6 mil millones.

Entre las acciones de “mejora”, el Departamento de Asuntos de Veteranos “redujo el promedio de tiempos de procesamiento de solicitudes en más de un 50%”, es decir, de 85 días en 2012 a 41 en 2015.

A fin de mejorar la calidad de su gestión, la VA puso en marcha un proceso de auditoría interna. En septiembre de este año, la agencia “había cumplido con el 96%” de la misma (364 de 379 recomendaciones).

Además, el organismo realizó visitas de campo posteriores a la verificación de 606 empresas en el año fiscal 2015 para “asegurar el cumplimiento continuo de los reglamentos del programa”. 

En consecuencia, “el porcentaje de empresas que recibieron negativas disminuyó del 66% en 2012 al 5% en 2015”. 

Frente a este escenario, la Auditoría de Estados Unidos “no realizó ninguna recomendación” en este informe.