En la era de la política 2.0, la presencia de los funcionarios en Facebook y Twitter está consolidada. El fenómeno se remonta a 2008, cuando Barack Obama (presidente de los Estados Unidos) hizo uso de las redes sociales en su campaña electoral. Los políticos argentinos siguieron esta tendencia, y hoy se hacen presentes, a través de Internet, las distintas voces de la opinión pública.

Twitter fue la red social que más fuerte y rápidamente logró arraigarse como instrumento de marketing político. La red social que registra casi tres millones de cuentas activas en el país, nos permite enterarnos de lo que está pasando en tiempo presente. Se entiende entonces su atractivo en términos de alcance e instantaneidad. A la vez, viene a complementarse con una demanda social de información cada vez más rápida y actualizada.

Los distintos políticos dialogan entre sí, hacen públicas al instante las actividades de su agenda y sus opiniones ante hechos de actualidad. De esta manera, terminan por utilizar Twitter del mismo modo que se podría emplear cualquier otro medio de comunicación. Todavía no termina de explotarse toda la potencialidad que ofrece una red social, entre otras cosas, falta ahondar en la interacción. Así, la comunicación directa con los ciudadanos queda relegada a un segundo plano.

La presencia de políticos en Twitter parece adquirir valor ante la posibilidad de someter al escrutinio público a los representantes. La mirada está puesta en poder verlos mostrar la hilacha.

Ante las inundaciones en La Plata del pasado 2 de abril, el intendente de dicha ciudad, Pablo Bruera, escribió un tuit diciendo que había recorrido los centros de evacuados para ayudar a los damnificados. El mensaje fue incluso acompañado por una foto que pretendía dar cuenta de ello. Pero una investigación del diario Perfil demostró que en ese momento el intendente estaba todavía de vacaciones en Río de Janeiro y que recién había vuelto al día siguiente de las inundaciones. Bruera eliminó ese tuit. Sin embargo, la información ya se había diseminado por los medios. Se disculpó argumentando un error de su equipo de comunicación.

Es un hecho que Twitter se convirtió en un canal legítimo para la comunicación de los políticos con los ciudadanos. Sin embargo, suele omitirse un hecho fundamental: nunca es posible tener la certeza de quién escribe los contenidos que se publican. Aunque los perfiles aparezcan verificados, nada indica que sea el funcionario quien efectivamente está hablando. Esto representa un problema principalmente para los medios, que citan las declaraciones hechas en la red social del mismo modo que citan un fragmento de una conferencia de prensa. 

Desde los medios se sigue la línea de ejercer un control ciudadano sobre los representantes. Pero el foco también está puesto en reproducir las rencillas que surgen entre funcionarios y los exabruptos que se generan cuando se olvida la función política de la cuenta de Twitter y se filtran opiniones personales impropias. Esta utilización de los contenidos publicados en la red social resulta funcional al contexto actual de espectacularización de la política.

Los funcionarios públicos llegaron a las redes sociales para quedarse, pero las polémicas generadas demuestran que todavía las reglas para utilizarlas a modo de canal de comunicación entre políticos y ciudadanos están por definirse. 

65 millones de tweets por día

Siete años atrás escribir un mensaje en tan sólo 140 caracteres era algo inimaginable. Y aun más inverosímil resultaba pensar en la relevancia pública que podían llegar a tener estos textos fugaces.  

Sin embargo, cuando el mentor de Twitter, Jack Dorsey, escribió el 21 de marzo de 2006 el primer tweet oficial en el que comunicaba que estaba configurando su cuenta, comenzó a ser realidad lo que hasta en ese momento era impensado. En la actualidad con más de 200 millones de usuarios que redactan 65 millones de tweets al día, la red social del pajarito alcanzó en menos de una década una gigantesca popularidad a nivel mundial.

"A medida que vamos creciendo, Twitter se ha convertido en una verdadera plaza global del pueblo", señaló la directora editorial de Twitter, Karen Wickre, en el video por el séptimo aniversario de la compañía.

En la actualidad ya casi no hay funcionarios, periodistas, deportistas, cantantes o celebridad que no tengan una cuenta de Twitter. Entre los más populares se destacan el cantante Justin Biber (@justinbieber) con más de 39.750.000 seguidores y la artista pop Lady Gaga (@ladygaga) seguida por 37.755.720 usuarios.

En el plano político, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama (@BarackObama) es el mandatario que más seguidores tiene en Twitter (32.063.536). La Jefa de Estado argentina, Cristina Fernández no está ajena a esta tendencia. Con más de 2.030.000 usuarios que siguen su cuenta @CFKArgentina, comunica sin intermediarios cada uno de sus actos de gobiernos.

*Periodista y estudiante avanzada de Ciencias de la Comunicación - UBA.