Luego de dos años de anuncios, el jueves 20 de diciembre, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta, inauguró el primer sector del Ecoparque, ex zoológico, ubicado en el barrio porteño de Palermo.

Todo comenzó en 2016, cuando el ejecutivo presentó un proyecto de ley para transformar el zoo. Ahí comenzaron las tareas de remodelación y se derivaron algunos animales con el objetivo de mantener sólo los autóctonos. Esta iniciativa causó el repudio de los especialistas, que pusieron el foco en la poca planificación.

Recientemente y antes de esta reapertura, el Ecoparque sufrió la muerte de la jirafa Shaki y la rinoceronta Ruth, en junio de este año. Lo llamativo del hecho es que antes de sus decesos se encontraban saludables. Los cadáveres fueron sepultados en el propio predio: Shaki cerca de la avenida del Libertador y Ruth frente a lo que supo ser su recinto.

Durante la apertura, el jefe de gobierno aseguró que, sabíamos que iba a llevar tiempo, porque la prioridad es el cuidado de los animales, y eso incluye el traslado y definir adónde van. Curiosamente, esta primera apertura se adelantó cuatro años a la conclusión del proyecto, el cual tiene fecha para 2023. Ya se trasladaron más de 600, tenemos un equipo súper comprometido, con cuidadores y veterinarios, indicó.

Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público, sostuvo que son las primeras dos hectáreas y media de las 17 que vamos a ir liberando progresivamente para que puedan disfrutarlas todos los vecinos.

Para Larreta, este no era un lugar para tener animales en cautiverio como estaban, por eso sostuvo que es un paso importante en el desafío que nos planteamos hace dos años y medio. Por último remarcó que: Apuntamos a que éste sea un lugar de transmisión de valores relacionados al cuidado de los animales y del medio ambiente.

¿Qué se hizo?

Además de la polémica por el traslado de animales, en esta primera etapa se pusieron en valor 2,3 hectáreas de la zona de ingreso, ubicada en Plaza Italia. Dentro de ese espacio están las ruinas bizantinas en la pequeña Isla del Lago Darwin, que cuenta con una superficie de 3.850 metros cuadrados y una profundidad de 1,5 metros, y que recreará una típica laguna pampeana.

La otra novedad son los accesos y la puesta en valor de los caminos internos. Además hicieron un nuevo tendido de la red hidráulica, sanitaria y eléctrica, y se renovaron las especies arbóreas a las que se le sumó la puesta a punto de los sistemas de riego.

A su vez, se elaboró un proyecto que contempla la instalación de vegetación para favorecer la estabilidad del agua. Para esto se decidió aprovechar la capacidad de ciertas plantas acuáticas para absorber, acumular, metabolizar, volatilizar o estabilizar contaminantes del suelo, aire, agua o sedimentos. Además, este sistema permite constituir un hábitat ideal para la instalación de peces, anfibios, animales acuáticos y aves autóctonas, que van a coexistir en perfecto equilibrio biológico.

Asimismo, se construyó un nuevo quirófano de última generación para atender a aquellos que lo necesitan y comenzaron los trabajos para la remodelación de todo el hospital.