En marco de sus 25 años de vida, Poder Ciudadano lanzó Corrupción y transparencia, informe 2014, un libro que recopila distintos temas que han marcado la agenda pública como los casos Ciccone y Campagnoli. Además, relata, desde la óptica de periodistas especializados, la dificultad de acceder a la información pública, la no designación del Defensor del Pueblo y recuerda la tragedia de Once, justo cuando el juicio entra en su etapa final.

Del evento, que se llevó a cabo en el Congreso de la Nación, participó el presidente de Poder Ciudadano, Hugo Wortman Jofré; el Legislador porteño, Gustavo Vera; la politóloga, Ana María Mustapic; la periodista especializada en temas judiciales, Romina Manguel y María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, víctima de la tragedia de Once.   

Consultado por Pablo Secchi, Director de la Fundación que ofició como entrevistador y presentador, el abogado Hugo Wortman analizó que es un error dejar en manos de los funcionarios la lucha para erradicar la corrupción. Los ciudadanos tenemos que bregar con fortaleza para imponerle a las instituciones las herramientas que sabemos que darán una respuesta positiva, sostuvo.

El mismo Wortman escribió el quinto capítulo del libro, referido a los mecanismos y herramientas de investigación novedosas en materia de corrupción. Allí, afirma que la corrupción no es un fenómeno aislado en democracias modernas.

La periodista Romina Manguel redactó el capítulo sobre la tragedia de Once, donde menciona la relación de los últimos diez años entre el Estado, los empresarios y los sindicalistas. A esta casa llegaron los informes de la Auditoría General de la Nación (AGN) donde advertían que la tragedia de Once era inminente, solo había que ponerle fecha, recordó Manguel y lamentó que las causas de tragedias avanzan por la fuerza de los familiares y el eco de los medios, que dejan a los tribunales sin otra posibilidad.

En ese sentido, entendió que no hacen falta los muertos de Cromañón o de Once para cambiar las políticas de control. Lamentablemente los corruptos en Argentina tienen buen marketing, porque uno no los ve con las manos manchadas, ironizó.

Siguiendo la misma línea que la periodista, María Luján Rey fue contundente: La corrupción son muertos, son familias destruidas. Los corruptos siguen ocupando escritorios, eligiendo sobre nuestras vidas y la justicia permite que la impunidad siga matando, agregó y pidió que las familias puedan llorar a sus víctimas sin mendigar justicia.

Por último, el Legislador porteño por Bien Común, Gustavo Vera, manifestó que el Estado corrupto es el pasado y que ahora estamos en presencia del Estado de mafiosidad.

No solamente el Estado es corrupto estructuralmente, sino que además le han encontrado ventajas comparativas no para proteger jurídicamente a los ciudadanos, sino a las mafias que se dedican al crimen organizado, continuó Vera.

Asimismo, el Legislador garantizó que más allá de corruptos y mafiosos el Estado tiene honestos, pero callan. Un Legislador gana casi diez veces más que un ciudadano profesional común y si denuncian rompen los códigos de los funcionarios. Por eso los servidores públicos cada vez ganan más y se alejan más de los ciudadanos, finalizó.