Ya no se ven barcos hundidos y tampoco se siente el olor hediondo de años atrás. Los márgenes de la cuenca baja están despejados de malezas, desde el agua se logran ver corredores verdes junto a la ribera, hay cuadrillas que limpian y grúas que levantan la basura flotante. Por su alto nivel de contaminación, hace 12 años se prohibió navegar por el Riachuelo. Hoy se analiza la reactivación de un tramo para la circulación de lanchas en la zona de la desembocadura, a la altura del barrio porteño de La Boca y la bonaerense Isla Maciel. 

El Auditor.info se embarca en una recorrida por la cuenca. El paseo arranca desde el obrador que tiene Acumar, el organismo público responsable de articular las políticas públicas para el saneamiento, a pocos metros del Puente Bosch. Es un día de enero, hace mucho calor y se respira a río. La lancha emprende el viaje y enseguida cruza por debajo de los puentes Pueyrredón ("Viejo” y “Nuevo”). Del lado de Avellaneda, se ven silos y viejas fábricas detrás del flamante Camino de Sirga. En la orilla de Barracas y La Boca, el corredor costero se antepone a viejos depósitos y edificios. A la altura de Caminito y la Isla Maciel, hay botes amarrados a plataformas. Son los que utilizan los vecinos de la zona para cruzar de un lado al otro del río y que nunca dejaron de funcionar. En ese tramo, el de la desembocadura del Riachuelo, se está pensando reactivar el turismo mediante la vuelta de la navegación comercial.

Navegación por el Riachuelo. Sobre la orilla, bordeando el barrio de Piñeiro, la antigua fábrica de la SIAM que volvió a producir en 2014 después de estar cerrada por décadas.

El proyecto para que vuelvan a circular lanchas con pasajeros está más cerca de concretarse. A fines del año pasado se realizaron dos audiencias públicas para discutir la habilitación, en principio, a lo largo de 350 metros desde la desembocadura (considerada kilómetro 0) hasta el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda. La propuesta fue presentada por el Ministerio de Turismo de la Nación ante la Justicia y cuenta con el apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Formaría parte de una propuesta mayor que consiste en un circuito turístico fluvial que una el puerto de Tigre con el de Quilmes, pasando por puntos costeros del Río de La Plata.

En declaraciones a este medio, el presidente de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), Martín Sabbatella, aseguró que la iniciativa surgió debido a que “están dadas las condiciones” para circular por el lecho con fines turísticos, deportivos y de recreación, y que de hecho hoy ya se está navegando porque tanto Prefectura como la Autoridad General de Puertos (AGP) realizan movimientos logísticos en ese sector.

“Las actividades fluviales se deberán hacer con todos los controles necesarios”.

“Por supuesto que las actividades fluviales se deberán hacer con todos los controles necesarios, tanto de Prefectura, a nivel técnico, como de Acumar, a nivel ambiental, asegurándonos que las embarcaciones que ingresen a este sector cumplan con las condiciones necesarias para que su presencia no afecte el ecosistema de la Cuenca”, señaló Sabbatella.

Mientras se espera el visto bueno para la habilitación del servicio de lanchas (que estaría a cargo de la firma Sturla), ya se instalaron dos containers a cada lado del Puente Transbordador que, además de servir de base para la promoción del turismo sostenible y el saneamiento de la Cuenca.

Qué cambió en la última década

El Juzgado Federal N°2 de Morón es el que ejecuta la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en el Fallo Mendoza de 2008, que determinó la responsabilidad del Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires y CABA, y los exhortó al cumplimiento obligatorio, con Acumar al frente, de acciones concretas en materia ambiental.

En este marco, en 2011 se declaró a la Cuenca como "zona crítica de protección especial" y se prohibió preventivamente el paso de embarcaciones comerciales. ¿Qué mejoró desde entonces? ¿Por qué hoy podría volver a ser navegable?

“Desde 2011 a esta parte se retiraron más de 80 buques hundidos o abandonados que se encontraban en el tramo final del Riachuelo impidiendo el normal escurrimiento del agua. Sacamos también cientos de autos o partes de ellos, pilotes de viejos muelles. Hoy el curso del Riachuelo está liberado de obstáculos”, afirmó Sabbatella. Y agregó que hay un "trabajo cotidiano y sostenido de limpieza” mediante flota de barcazas, que con palas adaptadas y un sistema de barreras, retira un promedio de 300 toneladas mensuales de residuos. “Eso, junto con la liberación del Camino de Sirga, que permitió el acceso directo al río, que en su gran mayoría estaba obstaculizado, más la limpieza y mantenimiento de la ribera que realizan más de 1.200 trabajadoras y trabajadores de cooperativas, dan cuenta de un panorama distinto a cuando se prohibieron las navegaciones”, aseveró el funcionario.

Navegación por la Cuenca Baja: patrimonio histórico, natural y cultural

Algunas de las mejoras mencionadas por el titular del organismo son observadas por esta cronista. La lancha avanza y alrededor no se ven los residuos acumulados de antaño aunque el agua sigue siendo negra y espesa. Según Acumar, los valores de oxígeno disuelto de la cuenca baja del Riachuelo son inferiores a 1 miligramo por litro, lo que impide la posibilidad de algún tipo de vida. La chance de que algún día pueda sanearse el agua es demasiado costosa y muy poco probable. “Es una discusión que sigue abierta, ahora lo necesario es dejar de contaminarlo aún más”, destacan.  

En cuanto a las viviendas que se emplazaban en los márgenes, ya no se registran entre el kilómetro 0 hasta el puente Victorino La Plaza. En ese tramo, las familias fueron relocalizadas. Pero a la altura de la Villa 21-24, del lado de CABA, empiezan a verse casillas y a medida que se avanza hacia el interior de la cuenca son cada vez más. “Actualmente, estamos trabajando con los proyectos de ACUBA y Fabricaciones Militares en Lanús; Unamuno y La Herradura en Lomas de Zamora; Barrio Lindo en Almirante Brown, Alianza, Maciel y Suipacha en Avellaneda; Orma y Ribera Iguazú en CABA; Las Antenas, Los Ceibos, Santos Vega y La Bastilla en La Matanza; Montecarlo y Juan Pablo II en Esteban Echeverría”, detalló Sabbatella.

En 2010, en el marco del Convenio Marco para el cumplimiento del plan de urbanización de villas y asentamientos precarios de la Cuenca Matanza Riachuelo, se firmó el compromiso para la reubicación de las familias que habitaban sobre la cuenca.  

Cloacas e industrias

Los mayores contaminantes del río siguen siendo los desechos cloacales y los residuos industriales. Y sobre estos puntos prevalecen los cuestionamientos de vecinos y ambientalistas que se oponen a la reactivación de la navegación en un tramo del Riachuelo. Es el caso de la Asociación de Vecinos de La Boca que se expresaron en una carta pública en la que sostienen, entre otros puntos, que “para dar vida a la cuenca Riachuelo, hay que dejar de contaminarla, debemos transformar esa masa líquida denominada mundialmente cloaca a cielo abierto en agua y hacer que el aire que se respira deje se ser tóxico”.

En este sentido, desde Acumar indicaron que se avanza con la ampliación cloacal Sistema Riachuelo, la que estiman que beneficiará a 4 millones de personas. Dos tramos del sistema, el Colector Margen Izquierda y el Emisario subfluvial, son financiados por el Banco Mundial siendo AySA la encargada de la obra. Se prevé que esté en funcionamiento a fines del año que viene

Por otro lado, en cuanto a los desechos industriales, se avanza en la fiscalización y  adecuación ambiental de los establecimientos industriales, comerciales o de servicios en la Cuenca Matanza Riachuelo Los equipos de fiscalización y las guardias ambientales recorren los establecimientos y el territorio verificando que no se comentan irregularidades. 

Ya no se registra la cantidad de desechos flotantes de otras épocas ni tampoco los olores nauseabundos, aunque el agua sigue siendo estando pesada y sin óxigeno.

“Contamos con un marco normativo que establece parámetros y límites admisibles para descargas de efluentes líquidos, los cuales se monitorean periódicamente y en caso de que se detecte que las industrias incumplen con esta normativa son sancionadas o intimadas a presentar un Plan de Adecuación Ambiental”, aseguró Sabbatella.

Cabe recordar que la Cuenca Matanza tiene una longitud de 64 kilómetros y una superficie que supera los 2.000 kilómetros cuadrados. Además atraviesa una de las áreas más pobladas del país al cruzar nueve comunas de CABA y 14 municipios bonaerenses.   

Auditorías hechas sobre la Cuenca

Durante la última década, la Auditoría General de la Nación produjo decenas de informes sobre la Autoridad de la Cuenca Matanza - Riachuelo (ACUMAR) y distintos aspectos de la empresa AySa, entre los que ellos los relacionados a cuestiones presupuestarias, financieras, contables. De todos los estudios, los que menos se registran son los referidos a las cuestiones de saneamiento.

También la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires realizó diversos informes como el centrado en los programas de subsidios a personas mayores de CABA o el de la ejecución del Plan Integral de Saneamiento Ambiental durante 2019, mediante el cual se detectaron incumplimientos en las metas, fallas en el control interno y retrasos en la relocalización de familias.