Publicado: 20-03-2010
 
Su perfil bajo no puede impedir que su nombre y apellido vuelva a ser noticia. Carlos Santiago Kirchner, el primo del ex presidente, acaba de quedar en la mira de la Auditoría General de la Nación. El primo Carlos ocupa un puesto clave en el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido: se desempeña como subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal y debe encargarse de que el ambicioso plan de obras públicas oficial llegue a destino. Según el informe sobre Transferencias de Fondos Nacionales a Municipios, que la AGN ya envió al Congreso, el área que está a cargo del arquitecto Kirchner no cumple con las metas que se propone, carece de una definición clara de los criterios de distribución de los recursos, no ofrece información adecuada y masiva e incumple los plazos que fija para el envío de los fondos.

La AGN se encarga de asistir técnicamente al Parlamento en el control de las cuentas del sector público. Entre octubre de 2008 y mayo de 2009, el organismo que preside el radical Leandro Despouy realizó un examen en ocho municipios de todo el país sobre el Programa 86, de Apoyo para el Desarrollo de Infraestructura Urbana en Municipios. En las conclusiones del informe de 82 páginas, la AGN cuestiona la "insuficiente" evaluación previa de la viabilidad de los proyectos, el incumplimiento de normativa y cláusulas contractuales fijadas en los convenios firmados y la ausencia de documentación para analizar la ejecución de obras. Cuando se refiere a la ejecución del presupuesto asignado, el informe afirma que se ha verificado que el programa que depende de Carlos Kirchner "carece de un criterio objetivo formalmente definido para la asignación de los recursos disponibles" y que la "distribución de los fondos no se sustenta en un análisis previo de las necesidades del universo a asistir".

No obstante, la AGN reconoce que "los fondos fueron aplicados a las obras correspondientes".

La auditoria apunta a un área vital de la administración K. La obra pública es la herramienta principal del kirchnerismo para crear empleo y el sustento esencial de la construcción política que reporta al matrimonio presidencial. De hecho, la mayor parte de la asistencia financiera del Programa 86 fue destinada a obras de infraestructura vial (72,12%) y el resto a infraestructura edilicia, equipamiento urbano, espacios verdes y urbanización.

El trabajo incluye una respuesta del propio Carlos Kirchner. El subsecretario –que es dueño de la tercera fortuna del Gabinete nacional– sostiene que se trata de una "critica infundada e inconducente" y argumenta que su dependencia adhiere a la máxima de "otorgar obras a todos los municipios sin miramientos ni políticos, ni económicos". Más adelante, asegura que "la subsecretaria ha luchado incansablemente en contra de la corrupción administrativa, que surge desde el direccionamiento y ejecución de la obra pública".

Soy Kirchner

Casi como al pasar, la AGN apunta que el sistema de control de información de la subsecretaría es inseguro y no coteja sus datos con otras áreas del Ministerio de Planificación.

No es casual. Las fuentes oficiales coinciden en que, por sangre y por empatía, Carlos Kirchner tiene una relación directa con el ex presidente y no se lleva bien con sus superiores.

"Yo soy Kirchner", sostiene cada vez que una de sus decisiones genera resistencia.

El "Negro", como lo llaman sus amigos y familiares, se esfuerza por mantener un cuidado perfil bajo.

Su padre era Carlos Arturo, el segundo de los cuatro hijos de Carlos Santiago Kirchner y Margarita Kaenel, abuelos suyos y del ex presidente. Tiene su despacho en el piso 11 del Ministerio de Economía y se muestra afable con las empleados rasos. Sin embargo, en el edificio de Hipólito Yrigoyen son conocidas sus diferencias con el ministro Julio De Vido y con el secretario de Obras Públicas, José Francisco López –de quien depende directamente–: los dos le reprochan su desinterés por la política.

El subsecretario llegó al gobierno nacional en el 2005 después de meses de sostener un duro enfrentamiento con el entonces gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, que no aprobaba sus preferencias a la hora de los contratos. Entre 2003 y 2005 fue presidente del Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) de la provincia.

Acevedo tuvo el primero de los choques con el ex presidente cuando cuestionó la autonomía con la que el arquitecto Kirchner tomaba sus decisiones.

Ese mismo año, el entonces presidente creó, a través del decreto 907, la subsecretaría de Coordinación de Obra Pública Federal y designó allí a su primo.

Hoy un juramento

Desde entonces, Carlos Kirchner sólo es noticia cada vez que presenta su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción. Tras la renuncia de Enrique Albistur a la secretaría de Medios, el primo del ex presidente se convirtió en la tercera fortuna del Gabinete nacional, detrás del matrimonio presidencial y del canciller Jorge Taina. Eso pese a que declara haberse empobrecido en su paso por la función pública (ver aparte). En la última presentación ante la OA admite una fortuna de 2.533.705 pesos.

Es dueño de casas, departamentos y terrenos en Río Gallegos, El Calafate y Buenos Aires y tiene un campo heredado en Río Negro, su provincia natal. Allí, todavía hoy le atribuyen relaciones con la constructora Juan Felipe Gancedo, una de las favoritas de toda licitación. Su debut en el rubro fue en los '80 cuando abrió su estudio de arquitectura junto a su esposa Cecilia Saade, que hoy figura como accionista principal de la compañía Cerámica Santa Cruz.

La auditoría que lo pone en la mira ya fue girado a la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas, que aún está en formación. Algo es seguro: por primera vez en los años del kirchnerismo la bicameral tendrá mayoría opositora. Allí estarán los senadores oficialistas Miguel Ángel Pichetto y José Mayans, los radicales Gerardo Morales y Ernesto Sanz, el pejotista salteño Juan Carlos Romero y el ex intendente de Córdoba, Luis Juez.

"Hasta ahora, los informes llegaban y morían acá. Este año, habrá denuncias penales por incumplimiento de los deberes de funcionario público", se entusiasmó un legislador radical. En el Congreso, son pocos los que saben que un primo de Kirchner está a cargo de la obra pública desde hace cinco años. Ahora se van a enterar.

El investigador Despouy

El mandato de Leandro Despouy al frente de la Auditoría General de la Nación -el organismo que puso en la mira a Carlos Kirchner- está terminando.

Según el articulo 85 de la Constitución Nacional de 1994, la AGN debe ser presidida por un funcionario designado por el partido de la oposición que tenga mayoría en el Congreso. De acuerdo con la ley 24156, de 1993, los auditores deben permanecer en su cargo ocho años.

Despouy asumió el 19 de marzo del 2002, hace exactamente ocho años.

Fuentes de la UCR adelantaron la intención de mantenerlo allí por lo menos hasta que concluya el mandato de Cristina Fernández. Si el radicalismo gana en el 2011, su lugar quedará para la oposición.

Si vuelve a perder, Despouy continuaría hasta el 2018.