Publicado: 13-04-2014
 
Estamos a pocos días de la inauguración de la 40º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: una verdadera ciudad de libros. Se trata de una fiesta de la cultura que desde 1975 fue adquiriendo gran relevancia, hasta convertirse en una de las muestras más importantes de Latinoamérica, convocando cerca de un millón de asistentes cada año.

Pero no hace falta esperar hasta esa fecha para poder participar en alguna actividad recreativa. Hoyen día se pueden visitar las instituciones públicas ya sea para adquirir un libro, leer, o simplemente disfrutar de lo propuesto en las agendas culturales.

Ahora bien, ¿qué pasa con los museos, los centros culturales y las bibliotecas? Para averiguar en qué estado se encuentran, El Auditor.info nos acerca informes provenientes de distintos organismos de control que auditaron algunos de estos entes.

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", solía decir el legendario Jorge Luis Borges. Pero el escritor argentino no debió soñar con la Biblioteca Nacional ya que ésta no se parece en nada al Jardín del Edén.

Es que en uno de los informes publicados por El Auditor.info en 2011 (en base a datos del período 2007- 2008), la Auditoría General de la Nación (AGN) afirmó que en la Biblioteca Nacional "no hay conciencia" de la importancia de cuidar la información pública.

Entre sus principales hallazgos, el órgano de control sostuvo que en la Biblioteca creada por Mariano Moreno "no hay conciencia de que se necesita una planificación estratégica", tanto en tecnologías de la información como en infraestructura, y destaca que "el conocimiento y la pericia para desarrollarlas, no existen".

Asimismo, el informe manifestó que "no hay un proceso formal para diseñar y especificar" los software que son necesarios en el funcionamiento de la institución. A esto se le suma que "no se comprenden los riesgos, las vulnerabilidades y las amenazas para las operaciones de tecnologías de la información, ni el impacto que la pérdida del servicio puede tener sobre el funcionamiento del organismo".

Tal vez, Borges se refería a la Biblioteca que funcionaba en el Zoológico de la Ciudad, conocida como Domingo Faustino Sarmiento. Aunque si nos detenemos en las observaciones realizadas por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), nos damos cuenta que tampoco se asemeja a ningún Paraíso.

Según el informe de la AGCBA, publicado por El Auditor.info, "el desmantelamiento de la Biblioteca del Zoo comenzó en 1984 con distintos traslados (del material) escasamente documentados". Cinco años después, el Zoológico pidió la devolución de los libros, pero los auditores no pudieron precisar si el reintegro ocurrió efectivamente.

Tras el cierre de la institución al público, y el traslado de los libros a un depósito, en 1992 el entonces director del Museo de la Ciudad pidió que ese material sea derivado a su área. Pero "la imposibilidad de acceder al inventario del traspaso, y la suma de desprolijidades, impidieron tener un acabado conocimiento de la ocurrencia de los hechos relacionados con la Biblioteca Sarmiento" afirma la Auditoría.

LOS MUSEOS DE LAS DISTANCIAS ROTAS

A partir del relevamiento de varios museos, los auditores de la AGN detectaron que el inventario del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo data de 1986 y que el registro fotográfico de las obras del Museo Histórico Sarmiento está incompleto. El organismo manifestó que falta registrar un 40% de las fotografías en el inventario, lo que equivale a 160 imágenes.
En el informe que publicó El Auditor.info, elaborado sobre datos del 2008 y del primer semestre 2009 y aprobado en 2011, en el Museo de Bellas Artes (de la revisión de una muestra de obras) la Auditoría descubrió una falta de información del autor, un relevamiento fotográfico, datos sobre la forma de adquisición y que hay préstamos no recuperados.

Del mismo modo, en el Museo Histórico Nacional existen fotos y negativos sin catalogar ni inventariar. La biblioteca tiene un 10% de sus obras sin fichaje y se detectó que en uno de los depósitos "hay bienes sin sus respectivas etiquetas identificatorias y libros etiquetados en algunos estantes altos sin fichaje desde 1940".

Por otro lado, el Museo Casa Yrutia, casa que el escultor Rogelio Yrurtia y su esposa, la pintora Lía Correa Morales, transfirieron al Estado con su mobiliario y obras de arte, tampoco está exceptuado de las observaciones de la Auditoría Nacional. La mayoría de los legajos de los bienes culturales no tiene el registro fotográfico y los libros de la colección Yrutria, con aproximadamente 1500 obras, "no se encuentran inscritos en ningún lado".

POR ÚLTIMO: LOS CENTROS CULTURALES

Si tenías planeado asistir a alguna de las funciones que realiza el Circuito de Espacios Culturales, (tienen una programación basada en espectáculos libres y gratuitos, obras teatrales infantiles y para adultos, muestras de artes plásticas, conferencias y talleres) tené en cuenta que estos lugares carecen, entre otras cosas, de estufas, líneas de teléfono, Internet, impresoras y computadoras.

Así lo afirma la Auditoría porteña en su informe aprobado en 2011 sobre datos de 2009 que publicó también el sitio de El Auditor.info. La AGCBA detectó que los Espacios Culturales "no tienen dispenser de agua ni recursos para comprarle un refrigerio para los artistas que actúan sin cachet", sino que es el propio personal el que financia estas compras.

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