La importancia del lenguaje para entender el control público
Publicado en Perfil.
Muchas veces resulta difícil decodificar la información que produce la administración pública, como sucede con los organismos que controlan al Estado que, normalmente, elaboran informes intrincados con discursos extensos y técnicos.
Hace casi diez años, la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) vio la necesidad de crear un espacio para dar a conocer en un lenguaje llano, sencillo y accesible las observaciones que surgen de los informes de auditoría y los fallos de los tribunales de cuentas.
De esta manera, según menciona el jefe de redacción de El Auditor.info, Fabián Méndez, “el gremio comenzó a organizar reuniones con periodistas en las que fueron surgiendo distintas demandas”. En esos encuentros, desde el mundo periodístico reconocían la importancia de la información que contenían los informes de la Auditoría General de la Nación (AGN). Sin embargo, “no bastaba con que los mismos estuvieran disponibles en la página web del organismo de control”, recuerda Méndez. La cuestión era lo dificultosa que resultaba su lectura: por la extensión de los mismos, su organización interna y además los tecnicismos del lenguaje de auditoría.
“En un principio, se evaluó multiplicar las actividades de capacitación para periodistas, enfocadas a dar herramientas que faciliten la lectura de esos informes”, explica el especialista. Pero finalmente, se tomó una solución más arriesgada: ¿por qué no traducir qué dicen esos informes?
Así fue como en mayo de 2008 nació El Auditor.info, un sitio periodístico que se enfoca en el sentido primario de los hallazgos de auditoría, con el objetivo de fomentar el compromiso ciudadano y hacer visible la labor del control público.
Es que los órganos de control advierten sobre temáticas que incumben a todos: desvíos de fondos de la obra pública, carencia de insumos en hospitales, falta de mantenimiento en trenes y subtes, e incumplimientos en materia ambiental, como la subejecución del presupuesto para sanear el Riachuelo.
Los informes de auditoría comenzaron a ser usados por la prensa como insumo.
En este sentido, los informes empezaron a ser protagonistas en las páginas de los medios de comunicación, sirviendo como insumo para que la prensa comunique a la ciudadanía las advertencias del control que, si muchas de ellas hubiesen sido escuchadas en su momento, se hubiesen evitado tragedias como la de Cromañón en 2004, o el accidente ferroviario de Once ocurrido en 2012, entre otras.
De esta manera, así como el diario La Nación tituló en octubre de 2013 Un informe lapidario sobre la excesiva autonomía financiera, en función de una auditoría de gestión hecha en 20 universidades nacionales; también lo hizo el periódico misionero Territorio Digital en octubre de 2012, cuando citó a El Auditor la hora de comunicar que se habían otorgado obras sociales a unos 300 fallecidos.
Tras una década de trabajo, la página web no solo es utilizada por la prensa, sino también, como material para profesionales.
Tanto es así que la Dra. María Estela Moreno, actual Auditora Interna Titular en Dirección Nacional de Migraciones, publicó en su libro Auditoría Gubernamental, Desafíos del Nuevo Paradigma, un capítulo dedicado al proyecto en cuestión, porque piensa que “es un claro ejemplo en la Argentina de la implementación de las lógicas de lenguaje llano en los procesos de auditoría”.
“Como parte de todas las nuevas herramientas que se están incluyendo en distintos ámbitos de los procesos de control, citamos a El Auditor.info como experiencia para incorporar”, explicó Moreno.
Además, reveló que “a nivel profesional es una herramienta de gran utilidad porque los informes de auditoría se hacían para que los entendiera solamente el auditor, ni siquiera el ente auditado”. Y agregó: “Son altísimos los porcentajes de no comprensión de los informes por parte del ente auditado”.
Por último, la profesional insistió en que “los informes de auditoría, en términos de comunicabilidad hacia la sociedad, tienen que estar plasmados de la forma más clara y precisa”.
La AGN y su diccionario interno
Con la apuesta asumida por APOC se disparó la discusión al interior de la propia Auditoría acerca de cómo mejorar la comunicación de los informes, desde el punto de vista de la extensión de los mismos, de su redacción hasta la exploración de formatos audiovisuales.
En este marco, en mayo de 2017, el Colegio de Auditores de la AGN aprobó la implementación del Manual de Estilo y Lenguaje Llano con el objetivo de que todos los documentos que elabora la institución se presenten de manera uniforme.
En mayo de 2017, el Colegio de Auditores de la AGN aprobó la implementación del Manual de Estilo y Lenguaje Llano
El cuadernillo de uso interno es un instructivo que establece pautas tipográficas, ortográficas y léxicas, y brinda contenidos para que los contenidos del organismo se expresen de la manera más transparente y sencilla posible.
El manual, según se describe, está compuesto por las pautas de la Real Academia Española y las habituales en las editoriales argentinas, como así también por los postulados del Movimiento Internacional del Lenguaje Llano.
Entre los reglamentos de grafía, se contempla el uso de abreviaturas, bibliografías, fechas, cargos títulos, siglas y puntuación. En cuanto a la escritura, brinda algunas herramientas para simplificar la redacción y facilitar la lectura y comprensión, a través del ahorro de palabras y la utilización de términos simples.
Por otro lado, el manual recomienda “no abusar de las iniciales mayúsculas”, al considerar que la práctica proviene de los contratos y eso endurece visualmente el texto y obstaculiza el fluir de la lectura.
No obstante, el texto aclara que todos los nombres de empresas, organismos, proyectos, programas y planes se deben escribir con mayúscula inicial. Lo mismo sucede con la palabra “ley”, cuando se mencione una normativa en particular.
Uno de los puntos destacados explica cómo redactar el objeto de la auditoría en los informes. Al dar por sabido que dará cuenta de qué se trata el trabajo, los auditores recomiendan no utilizar verbos para su descripción, sino directamente mencionar el organismo auditado y el programa o política pública en cuestión, por ejemplo: Acumar, Programa Integral de Saneamiento Integral de la cuenca Matanza Riachuelo.