Covid persistente: lo que dejo la pandemia
Tras el fin de la emergencia sanitaria, el Covid-19 sigue afectando la salud de la población. ¿Cómo funcionaron las Unidades Febriles de Urgencia en Buenos Aires?
La Organización Mundial de la Salud define al Covid persistente como la duración durante al menos dos meses de los síntomas que pueden manifestarse de diversas maneras lo que hace que el síndrome sea difícil de diagnosticar. Se estima que 65 millones de personas padecen de Covid persistente. Es decir que alrededor de un 10% de los casos totales de Covid a nivel mundial resultaron en Covid persistente. Según el transcurso de la enfermedad el porcentaje varía: es menor (10-30 %) si el curso de la enfermedad fue leve, mientras que en los hospitalizados aumenta hasta un 50-70%.
Un estudio publicado en Nature Communications marcó que un 85% de los pacientes que tenían síntomas a los dos meses de transitar la enfermedad, aún los conservaban después de un año. Además marca que alrededor del 80% de las personas que lo padecen son mujeres, que el 50% de los casos tienen edades comprendidas entre los 36 y 50 años y que el 30% no tiene comorbilidades asociadas previas.
Aún no hay una prueba específica para diagnosticar la Covid persistente, las herramientas de diagnóstico están, en su mayoría, en etapa de desarrollo. El diagnóstico actual se basa principalmente en la duración y persistencia de los síntomas relacionados con la Covid-19 (fatiga, dificultad para respirar, dolor en el pecho, entre otros), la historia médica del paciente y una evaluación física. Siguiendo la Guía Clínica para la atención al paciente con Covid persistente (2022), se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otras afecciones médicas que podrían estar contribuyendo a estos síntomas.
¿Cómo funcionaron las Unidades Febriles de Urgencia?
Para hacer frente a la demanda de asistencia sanitaria que requirió la pandemia, la Ciudad de Buenos Aires estableció Unidades Febriles de Urgencia que funcionaron como anexos en 20 hospitales de la ciudad. Allí se detectaban los casos positivos de Covid-19 y se desviaba hacia centros hospitalarios o aislamiento domiciliario.
Para realizar el análisis, la auditoría de la ciudad seleccionó las UFI que se montaron en el ámbito de los hospitales Durand, Fernández, Muñiz, Álvarez, Santojanni, Rivadavia y Argerich.
La gestión del personal de las Unidades Febriles de Urgencia fue uno de los puntos en los que la AGCBA puso la lupa. De acuerdo a la auditoría, los coordinadores generales no tuvieron resolución administrativa para desarrollar su función durante el año 2020. Tampoco se especificó cuál fue el mecanismo de convocatoria de profesionales y de enfermeros. Y se encontraron irregularidades en los planteles de profesionales de distintas unidades. Se registraron además, demoras de dos a tres meses para asignar la ficha municipal lo que originó que muchas guardias no se pagarán.
Con respecto a datos estadísticos la auditoría porteña encontró diferencia en el número de atenciones provistas por las UFU. En primer lugar se informaron 162.715 atenciones, mientras que la segunda vez se informó 170.900 atenciones.