Salud mental: por primera vez se cumplió con el presupuesto destinado al área
Según la ley nacional, debe destinarse el 10% de los fondos que recibe el Ministerio. A 13 años de su sanción, se cumplió con la normativa. El psicólogo Pablo Melicchio considera que el dinero debe llegar a todas las provincias para que "una persona no reciba un turno médico en dos meses".
A 13 años de la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental, por primera vez en nuestro país se ejecutó el 10% del presupuesto ministerial correspondiente al cumplimiento de la normativa. Esto representa $41.122 millones destinados a garantizar el acceso a una atención integral, humanizada y de calidad en materia de salud mental.
La Ley Nº 26.657 obliga al Estado a diseñar e implementar políticas públicas que procuren la transición de un modelo basado en la internación en hospitales psiquiátricos a un sistema de base comunitaria con un abordaje integral, de calidad e interdisciplinario, que promueva la vida independiente y la inclusión de las personas con discapacidad psicosocial. El artículo 32 de la normativa decreta la obligación de destinar al menos el 10% del gasto total de salud a la salud mental para así poder realizar la reestructuración del sistema de atención.
“La Ley de Salud Mental puede seguir siendo discutida, revisada y perfeccionada, pero creo que lo más determinante en la actualidad es la práctica, que el presupuesto llegue a cada provincia, a cada barrio y que no falten programas y profesionales para responder a las necesidades de la población”, explicó el psicólogo y escritor, Pablo Melicchio, en comunicación con El Auditor.info.
Además, agregó que “un ser sufriente no debe estar haciendo una fila de tres horas para que le den un turno en dos meses, porque así como un tumor crece con el paso del tiempo, lo mismo con los sufrimientos psicológicos”.
Posibles señales
Hablamos de Salud Mental cuando el sujeto se encuentra en equilibrio consigo mismo, con los demás y su entorno, y a su vez posee la capacidad de registrar a tiempo las alteraciones o síntomas psicoemocionales propios del existir y gestionarlos a favor de su bienestar. “Se necesita atención en salud mental cuando las alteraciones o síntomas habituales, como la ansiedad, la angustia o el miedo, crecen en intensidad y dificultan las actividades de la vida cotidiana”, describió.
Asimismo, explicó que es importante que se oriente acerca de la importancia de registrar el campo psicoemocional ya que suele ponerse el foco en lo que se ve y no tanto en lo que se siente, en el campo físico más que en el emocional, en la conexión con el mundo externo más que en la introyección. “Los síntomas mentales, como los físicos, son señales que hay que atender a tiempo para que no se conviertan en cuadros psicopatológicos. No hay que tenerle miedo al miedo, ni a ninguna expresión del mundo interior. Son advertencias, señales para atender y atendernos”.
“No hay una salud integral sin un equilibrio en cada eje de la existencia humana”.
El mundo laboral
En Argentina, el 41% de los trabajadores aseguró sufrir estrés al menos dos veces por semana, según lo indica un estudio global publicado en 2022 por ADP Research Institute. A nivel mundial, 1 de cada 7 entrevistados lo padece todos los días. “No hay una salud integral sin un equilibrio en cada eje de la existencia humana”.
Para prevenir los problemas de salud mental en el trabajo hay que gestionar los riesgos psicosociales en el ámbito laboral. La Organización Mundial de la Salud recomienda que se realice mediante la implementación de intervenciones institucionales, es decir, que se evalúen y luego se modifiquen o eliminen los riesgos para la salud mental en el lugar de trabajo. Entre esas intervenciones figuran, por ejemplo, la facilitación de modalidades de trabajo flexible o la implementación de marcos para hacer frente a la violencia y el acoso en el trabajo.
Para la OMS, los riesgos de salud mental en entornos laborales pueden estar implicados con algunas de las siguientes características:
- Insuficiencia de capacidades en el trabajo.
- Ritmos de trabajo excesivos y la falta de personal.
- Horarios excesivamente prolongados o inflexibles.
- Falta de control sobre la carga laboral.
- Condiciones de trabajo inseguras o deficientes.
- Instituciones que permiten los comportamientos negativos.
- Apoyo limitado por parte de colegas o autoridad.
- Discriminación y exclusión.
- Funciones laborales poco definidas.
- Promoción insuficiente o excesiva.
- Inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional.
- Demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo estima que anualmente se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y a la ansiedad, lo que representa a la economía mundial aproximadamente un billón de dólares.
Para Melicchio es fundamental invertir en prevención, en charlas en las escuelas, en clubes, en toda institución social, y en campañas que orienten, que lleguen a cada hogar para que se sepa qué es la salud mental y la importancia de su cuidado para que así se ayude a detectar síntomas o signos de los padecimientos psicoemocionales.
Efectos post pandemia
“El ser humano vive cada vez más en conexión con el mundo exterior y se olvida de habitarse, de entrar en su profundidad, en propia vida y percibirse ya que detectar un síntoma a tiempo no sólo puede prevenir una enfermedad sino ser el camino para repensar la vida, cambiar y alcanzar un mayor bienestar”, recomendó Meliccio.
Se calcula que durante el período de la aparición del Covid 19 se incrementó entre un 25% y un 27% la prevalencia de la depresión y la ansiedad a escala mundial. “Problemáticas vinculares, adictivas e incremento de síntomas emocionales llevaron a que haya mayor demanda de atención psicológica y psiquiátrica”, especificó el profesional.
Entre algunas razones, Melicchio mencionó que “la pandemia expuso en primer plano la finitud y la vulnerabilidad, cuestiones que el ser humano tiende a reprimir. Nadie quiere saber nada acerca de la muerte y la fragilidad que nos constituyen”. Además indicó que se desarmaron las rutinas y muchas personas no pudieron resistir esos efectos, no hallaron las herramientas para adaptarse al encierro y recrear sus vidas.
“La angustia no tratada a tiempo puede desencadenar una gran depresión o llevar a un intento de suicidio, detrás de muchos ataques de pánico está la acumulación de síntomas no atendidos a tiempo”, indicó.
Sin embargo, el psicólogo aclaró que durante ese período no todo fue negativo porque muchas personas pudieron ser conscientes de su situación personal, afectiva, laboral, o que llevaban una vida alienada por el exceso de actividades. “La pandemia los ayudó a repensarse y cambiar”.
Un día para promover la prevención
Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de Salud Mental, promovido por la Federación Mundial de Salud Mental y con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud. La fecha representa un compromiso global para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en apoyo a la especialidad.
Hasta 2008, en el país habían 25.000 personas internadas sometidas a graves violaciones a los derechos humanos por hacinamiento, abusos sexuales, abandono generalizado e infecciones evitables, según el informe Vidas Arrasadas del CELS. El primer Censo Nacional de Personas Internadas por Motivos de Salud Mental de 2019, nueve años después de la sanción de la ley, registró 12.035 personas internadas por salud mental.