Luego de haber vencido a Donald Trump en las elecciones presidenciales, Joe Biden se convertirá en el 46º presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero en la escalinata del Capitolio de Washington DC. Con el objetivo de proporcionar material clave en la transición de poderes, la Auditoría norteamericana (GAO) analizó la situación del país a la que se deberá enfrentar el nuevo mandatario. 

Según el organismo de control, los principales problemas nacionales son la pandemia del covid, la recesión económica y el racismo. Para el primero, el Congreso asignó U$S 2.6 billones para asistir de emergencia a personas, empresas y aportar al sistema de salud y a los gobiernos locales. De esta manera, la GAO se encuentra en “revisión continua de la respuesta federal a la pandemia, supervisando los gastos relacionados”. 

Las diversas órdenes preventivas para evitar el contagio “tuvieron consecuencias inmediatas para la economía” del país, aseguran los auditores. Por ello, proporcionaron al Congreso “información sobre la recuperación de otros crisis anteriores como la Gran Recesión”, que tuvo lugar entre 2007 y 2009. 

Por su parte, la muerte de George Floyd, Breonna Taylor y otros hombres y mujeres de color por parte de la policía provocó manifestaciones en todo el país y “demostró la desigualdad racial” que allí existe. Desde 1970, la GAO ofrece al Poder Legislativo “un análisis” de esta problemática así como “la visión de los desafíos que padecen las minorías”

Pero para hacerle frente a estos problemas, es necesario que el Estado cuente con las capacidades necesarias. “Hay una escasez de personal en áreas clave como ciencia, tecnología, ingeniería, matemática y ciberseguridad”, asegura la GAO y agrega que “los entes gubernamentales deben considerar el número y la posición de los empleados que se jubilan para la planificación de su fuerza laboral”.

Del mismo modo, “el gobierno federal no siguió el ritmo de los desarrollos en tecnologías de la información y las amenazas cibernéticas subrayaron la necesidad de reforzar la seguridad”, sostiene la Auditoría. 

Otra de las amenazas es la creciente deuda que está generando Estados Unidos debido a la respuesta federal para abordar la emergencia de salud pública y nacional. En octubre, el Contralor General testificó que “el gobierno no tiene un plan fiscal a largo plazo para controlar la deuda”

Por último, el análisis del ente de control norteamericano señaló los desafíos de los programas de los que millones de estadounidenses dependen para su seguridad jubilatoria. Es que, por ejemplo, “Medicare enfrenta un gasto que crece más rápido que la economía”. Según las últimas estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, “el fondo fiduciario del seguro hospitalario se agotará en 2024 y solo podrá cubrir el 83% de sus costos en 2025”.