Por primera vez en la historia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una norma internacional fue ratificada por los 187 Estados miembros. Se trata del Convenio 182 que busca erradicar “las peores formas de trabajo infantil”. Fue aprobado en 1999 pero recién en agosto de 2020 el último país que faltaba, Tonga, lo ratificó.  

Según la OIT, desde la aprobación del Convenio “los países hicieron grandes progresos”. De hecho, en un informe sobre el período 2012-2016 la organización mostró que las tasas de trabajo infantil disminuyeron de 246 millones a 152 millones. “Está cifra sigue siendo muy elevada, sobre todo porque la mitad de estos niños realiza trabajos peligrosos, definidos como las peores formas de trabajo infantil”, remarcaron. 

De esos 152 millones de chicos forzados a trabajar, más de 70 millones están en África, cerca de 62 millones en Asia y América aparece en tercer lugar con 10 millones. La Organización destacó que en los últimos 20 años “observaron una disminución en el trabajo infantil de cerca 40% y el fortalecimiento de leyes y programas para proteger a los niños del trabajo infantil en todo el planeta”.

Esas “peores formas” de trabajo infantil son las que ponen a los niños en peligro, ya sea físico o psicológico, que puedan afectarlos de por vida. La esclavitud, la prostitución y la pornografía infantil, las actividades ilícitas como el uso de niños para el tráfico de drogas, y los trabajos peligrosos que puedan dañar su salud, seguridad o moral son algunos de los mencionados por la OIT.

“En numerosos países, la ratificación de este Convenio y del 138, sobre la edad mínima de admisión al empleo, llevó a la adopción de planes nacionales de acción en materia de trabajo infantil que movilizan las respuestas de todo el gobierno”, remarcaron desde la entidad. 

Además de este acuerdo, en 2019 la Asamblea General de Naciones Unidas decidió declarar al 2021 como el “Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil”. Por eso, invitó a todos los Estados Miembros, las organizaciones internacionales y regionales y la sociedad civil, a que celebren mediante actividades orientadas a sensibilizar sobre la importancia de la erradicación de este delito y a que intercambien mejores prácticas sobre la temática. 

En esa declaración, la ONU remarcó el compromiso de “adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.”

Desde la OIT resaltaron que la decisión de Naciones Unidas “ofrece una oportunidad para fortalecer el movimiento mundial contra el trabajo infantil y cumplir con los compromisos adquiridos con la ratificación universal del Convenio 182”. Además explicaron que en 2022 se llevará a cabo en Sudáfrica la V Conferencia mundial sobre la eliminación del trabajo infantil para evaluar los progresos, identificar lo que todavía es necesario hacer para lograr un mundo sin trabajo infantil y movilizar todos los recursos necesarios para hacerlo realidad”.

Los próximos años serán claves ya que según los Objetivos de Desarrollo Sostenible se le debería poner fin al trabajo infantil en todas sus formas antes de 2025, y al trabajo forzoso antes de 2030.