Hace muchas décadas atrás, en Sudáfrica, se daban todas las condiciones para una catastrófica guerra civil (que no se produjo) entre los habitantes blancos y la mayoría negra que vivía en barrios hacinados fuera de las ciudades importantes.

Ese mérito fue la cordura de los líderes de los dos bandos en pugna. En ese territorio ganó espacio Nelson Mandela y otros del African National Congress (ANC). El nombre de Mandela es hoy en día conocido y respetado. Eso no significa que las naciones cumplan sus premisas, sus dirigentes siguen tratado de imponer la "supremacía blanca".

¿En qué consiste exactamente la lección de Mandela? Sabemos que luchó ferozmente contra el apartheid y que pasó mucho tiempo en la cárcel. Pero hay otras cuestiones de peso. A finales de los años 80 el régimen de apartheid estaba en una situación desesperada y el mundo mostraba su tremenda injustica y crueldad. Por una parte, los blancos temerosos del bloqueo económico que habían dispuesto los países que no aceptaban el trato a los negros. Muchas familias blancas emigraron hacia distintos destinos, pero la mayoría eligió Australia y Nueva Zelanda.

A partir de ello el gobierno analizó la estrategia de liberar a Mandela de la prisión. Salió del encierro el 11 de febrero de 1990, luego de 27 años tras las rejas. La multitud lo alaba a los gritos y recién el 12 de febrero ofrece su primera ronda con 200 periodistas.

En otro encuentro, en la casa del arzobispo Desmond Tutu, en términos concretos halagó a la prensa porque gracias a ellos el mundo no lo había olvidado durante todos sus años de cárcel. Mandela presenta sus principios de acción: abolir el apartheid, instaurar el principio de igualdad entre la ley y el sufragio, sin discriminaciones raciales.

En su libro se confesó. En la cárcel descubrió la necesidad (y la capacidad) de separar categóricamente el sistema político de las personas pero odiaba el sistema que había dado origen al enfrentamiento. "Tengo convicción, es posible separar a los que sirven del sistema vigente". Los grupos siempre son peligrosos, pero nucleados en un partido político que fije sus consignas pueden vencer en el campo de batalla. 

A muchos no le cuesta entender. Mandela empieza a reunirse en secreto con el ministro de Justicia Kobie Coetsee y con el jefe del servicio secreto. Las condiciones en la cárceles comienzan a mejorar. En octubre gran cantidad de cautivos son puestos en libertad. La abolición del apartheid exigirá algo de más de cuatro años, un camino con muchas trampas en los que Mandela visita "a los bestias" y se familiariza con ellos como ellos con él.

Los adversarios de Mandela son los irreductibles de cada uno de los bandos, los violentos, los que no quieren a Mandela no son pocos. Entre1990 y 1994 se derramará más sangre que en las cinco décadas anteriores. Sólo en las zona de Johannesburgo habrá en esos cuatro años más de 10.000 víctimas.

Por otra parte Mandela debe desbaratar las tentativas de complot de los extremistas blancos. Los defensores del apartheid están bien armados, bien entrenados y dispuesto a que no llegue la democracia. A los rebeldes los domina el respetado general ultra ( que defiende el apartheid) que proponía una Sudáfrica dividida, que se reparte el país en un Estado de "Boers" y otro de africanos. Los Boers son los campesinos holandeses y belgas que crearon el país a partir a matanzas de los nativos, son sus descendientes.

Mandela será elegido presidente de Sudáfrica el 9 de mayo de 1994. No suprime el antiguo himno nacional, el de los boers. Muere el 3 de diciembre de 2013.

Entre 1944-1962 Mandela había sido de acción y de todo tipo de luchas contra el opresor. Viajó mucho por el mundo, admiró a Castro, al Che, se entrenó militarmente y adoptó el uniforme de los guerrilleros. Para la policía que lo detiene en agosto de 1962 era uno en potencia. En cautiverio cambió los temas que asediaban su cabeza, se negó a la lucha armada y bregó por el entendimiento.