En el marco de los seminarios académicos Agenda para la Equidad 2022, realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), se presentó el informe “Evaluación de impacto de la Asignación Universal por Hijo (AUH)” a 10 años de su implementación. Entre las conclusiones se destaca que hubo aumento de la cantidad de niños, niñas y adolescentes (NNyA) que son beneficiarios del programa desde su creación. Se estima que 4.300.000 de niños, niñas y adolescentes reciben la AUH.

"Es importante controlar los programas que se orientan al bienestar de una sociedad", sostuvo Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda  Social Argentina.

El director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (CONICET - UBA - UCA), Agustín Salvia, señaló que es fundamental que las políticas públicas sean objeto de evaluación y análisis de sus resultados e impactos. “Hay que llevar adelante una cultura de la evaluación de políticas públicas y que sea un tema de agenda central. No bastan buenas intenciones, se requieren buenos resultados y para esto las políticas tienen que ser evaluadas. Es importante controlar los programas que se orientan al bienestar de una sociedad”, agregó. 

Hugo Quintana, secretario General Seccional Nación de Asociación Personal de Organismos de Control, sostuvo que este estudio metodológico de evaluación de impacto sirvió para demostrar que la AUH sirve y que la Auditoría General de la Nación es el organismo adecuado para controlar el impacto del programa, lo cual permitirá hacer las correcciones y mejoras necesarias de forma concomitante con la aplicación de la Asignación Universal por Hijo.

En 10 años nadie se fijó en el impacto de la AUH. Hemos dado miles de millones de pesos y nadie sabe para que se han utilizado. Tiene que ser obligatorio el control constante de los planes sociales y de su impacto. Los gobiernos tienen que ser transparentes y para lograr la transparencia tienen que existir organismos de control con profesionales que estén al servicio de la sociedad”, aseguró el referente de APOC.

"Tiene que ser obligatorio el control constante de los planes sociales y de su impacto", señaló Hugo Quintana, secretario General Seccional Nación de APOC.

Además, Hugo Quintana mencionó la reunión junto con Sergio Massa, Presidente de la Cámara de Diputados para presentar el informe y trabajar en un proyecto de ley para que sea obligatoria la medición y el impacto de los programas sociales a través de la Auditoría General de la Nación (AGN). “En el Congreso se tiene que discutir si se quiere o no la transparencia en la política”, concluyó.

La evaluación analizó los efectos de la medida en cinco campos: pobreza y la indigencia por ingresos, ingresos per cápita familiares, inseguridad alimentaria, nivel de educación, y vinculación con el sistema de salud. Santiago Poy, investigador Conicet-UCA, mencionó algunos puntos del informe realizado. 

La AUH ha ido extendiendo su cobertura, a lo largo de los 10 años de su implementación. Actualmente alrededor del 36% de los chicos están cuentan con ella. Esta política social está focalizada en la población de los dos estratos socioeconómicos más bajos. Casi el 70% de los destinatarios pertenecen al nivel socioeconómico bajo o medio bajo. Los hogares más propensos a recibir la AUH son monoparentales o de núcleo incompleto u hogares multigeneracionales. A su vez, el 65% de los destinatarios tienen una mamá que no terminó la escuela secundaria. En estos últimos 10 años la pobreza infantil creció.

Los hogares más propensos a recibir la AUH son monoparentales o de núcleo incompleto u hogares multigeneracionales.

El efecto de la AUH sobre la indigencia es mucho mayor que en la pobreza, ya que se reduce la tasa de pobreza extrema casi un 50% a lo largo del periodo considerado. Este programa tiene su mayor efecto no en la pobreza sino en la pobreza extrema.  

La Asignación Universal por Hijo registró un efecto significativo sostenido en el tiempo de mejora de los ingresos de la población destinataria, aunque se debilitó entre 2018 y 2020. Esto es congruente con la realidad económica general, es decir, los hogares empeoraron su condición y la transferencia ha ido perdiendo capacidad adquisitiva.

La inseguridad alimentaria severa se correlaciona con la indigencia. Ha habido un efecto positivo de la AUH sobre la inseguridad alimentaria, entre dos y tres puntos porcentuales. en los dos primeros periodos y esto se acentúa en el último periodo. La inseguridad alimentaria ha ido aumentando. Los grupos que no recibieron la transferencia han ido empeorando.

El director del Centro de Estudios y Formación Profesional La Piedad, Guillermo Schweinheim, y la socióloga, experta en desarrollo social, educación y pobreza, María del Carmen Feijoó, también participaron de la jornada.