Publicado en el suplemento

Acciones para la Participación Ciudadana, en Diario Perfil

No existe diferencia física entre un ruido y un sonido agradable. La desigualdad radica en cómo el oyente responde frente a ellos. El ruido es cualquier sonido que no se quiere escuchar y, como consecuencia, deteriora la salud de las personas y del ambiente.

Sergio Mohadeb, conocido como Derecho en Zapatillas en Twitter e Instagram, es un abogado y docente que -según su propia definición- trata de mostrar los canales para que la gente ejerza sus derechos y obligaciones. Durante seis años fue columnista en distintos programas de radio y es profesor en Miami AdSchool. 

Así como en sus distintas intervenciones en los medios de comunicación, en las redes y a través de su página web responde preguntas y cuestiones que hacen a la vida cotidiana, brindó su visión legal sobre la temática en diálogo con Acciones. ¿Se puede controlar la contaminación acústica? ¿Cómo debería aplicarse la normativa? ¿Qué rol juega la tolerancia en materia de convivencia? ¿Qué soluciones existen?

- ¿Qué impacto tiene la contaminación acústica en las personas? 

El ruido tiene un impacto sobre la salud a distintos niveles y hay máximos recomendados por la OMS. En las ciudades es de entre 55 y 65 decibeles. Los decibeles son una escala logarítmica. A mayor decibel, mucho más ruido. Hay distintos tipos de ruidos. Están los de fuentes móviles, como los ocasionados por el transporte público, y los de elementos fijos como un aire acondicionado, un local, boliches y fiestas. Cuando caminamos por avenidas es muy difícil tener una conversación. El ruido produce estrés y afecta la calidad de vida. La contaminación acústica es un tema de conflicto porque hace a la convivencia y al respeto por el otro. Existen países con estándares muy estrictos y otros mucho más laxos. Argentina, por su normativa, debe estar en un término medio.

- ¿Qué normativa rige en Argentina?

No existe una ley nacional al respecto, sino regulación local. A nivel nacional, el Código Civil y Comercial, mediante el artículo 1973, establece que las molestias que ocasionan ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos no deben exceder la normal tolerancia. Cuando habla de tolerancia, refiere a las costumbres generales aceptadas. Por ejemplo, si se festeja un cumpleaños, es esperable que haya música hasta cierta hora, pero que no sea insoportable. Es una problemática de los centros urbanos que incluye al AMBA y otras grandes ciudades del país. Donde hay más gente, es lógico que existan más conflictos de esta clase. 

- ¿Cuál es la regulación en la Ciudad de Buenos Aires?

En la Ciudad de Buenos Aires está la Ley 1540 de Contaminación Acústica. Esta norma es excelente, pero de difícil cumplimiento porque pone estándares muy altos. Su regulación es local, ya que se trata de una problemática ambiental. La Ley divide en zonas, establece límites, horarios diurnos y nocturnos, marca estándares altos de salubridad y de calidad de vida. En lo que tiene que ver con la zonificación, por ejemplo, habla de una zona más industrial, otra residencial, una tercera comercial. La gracia es que la gente sepa a qué atenerse cuando está en cada lugar, que se puedan establecer límites un poco más precisos. El cumplimiento de esta norma es muy importante porque hace a la tranquilidad, la salud, el descanso y eso es un derecho que hay que tutelar. De un lado están las necesidades de silencio y del otro, las de mucha gente de hacer una fiesta, por ejemplo. Si uno vive en un edificio, se debe tener cierto margen de tolerancia, pero el derecho tiene que poner límites y decir “bueno, hasta acá sí y hasta acá no”. La reglamentación de la ley es bastante clara en eso, en términos de ruidos. Se puede denunciar a través de la vía contravencional, que es básicamente la Fiscalía de la zona donde se produzcan los ruidos molestos. En la Ciudad de Buenos Aires, también es posible hacerlo online o por teléfono. 

- ¿Qué hace falta a nivel legal para lograr una mejor convivencia?

Hay que tener educación, conciencia e identificar la problemática para ver cuáles son los puntos y los límites. Además, es importante que la gente sepa los medios a través de los cuales puede hacer valer sus derechos y que, al mismo tiempo, conozca sus obligaciones. Muchas veces, las personas creen que pueden hacer lo que quieren. De todas formas, los ruidos son una problemática lógica de cualquier lugar donde hay convivencia.