Subir a las torres y laberintos para alcanzar una aventura. Subir los precios y ver las góndolas haciéndose más altas.

Gritar de alegría y agitación en el patio del recreo. Gritar un insulto y prepararse para la pelea. 

Trepar un árbol aceptando el desafío. Trepar un puesto con los escrúpulos caídos.

Saltar una soga, un elástico. Saltar las normas. Vivir de salto en salto.

Deslizarse en el tobogán para que el vértigo  haga trucos en la panza. Deslizarse en la oscuridad y que las sombras oculten nuestras trampas.

Hundirse en el pelotero, ir y venir en las hamacas,  girar en las calesitas, reír ante las sorpresas. Jugar solo por jugar.

Hundirse en el barro, ir y venir en la verdad, girar donde está prohibido, reír ante la desgracia impropia. Jugar con los sentimientos solo por jugar.

Y un día darse cuenta de que, los verbos, en la niñez, significan otra cosa.