El 30 de noviembre comenzó la vigésimo primera Conferencia por el Cambio Climático (COP21) en donde a lo largo de dos semanas 196 países del mundo buscarán ponerle fin a un proceso de negociación de 5 años con el objetivo de concretar un acuerdo mundial que comenzaría a funcionar en el año 2020.

Las dos búsquedas fundamentales de la COP21 son: negociar la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero en un plazo menor a 50 años con el objetivo de lograr un clima sustentable. Por otro lado también se acodarán acciones de adaptación, ya que, el clima va a cambiar de todas formas entonces los países tienen que definir cómo ayudarse entre sí. 

El experto en negociaciones de Cambio Climático de Naciones Unidas y Coordinador del Proyecto Agendas Climáticas de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Enrique Maurtua Konstantinidis, aseguró que la clave de estos dos puntos de acuerdo pasa por la financiación.

Según Maurtua, los costos de no cooperar contra el cambio climático son incalculables y esta cumbre es la oportunidad para que los países menos desarrollados y enriquecidos negocien con aquellos que más han influido en los problemas ambientales para coordinar acciones conjuntas y favorablemente económicas para todos.

Las decisiones de la COP21 deberán también abordar temas de transferencia de tecnología de los países desarrollados a países en vías de desarrollo; la adaptación a los nuevos escenarios climáticos del mundo y sus impactos y sobre todo tratar el tema de los daños y las pérdidas que las consecuencias más extremas pudieran causarle a los países más pobres y vulnerables, sentenció el experto de FARN.

América Latina

El 4 de Diciembre se llevará acabo el Side Event, Diálogos entre la sociedad civil y gobiernos en América Latina, convocado por la Plataforma Climática Latinoamericana (PCL) y organizado por FARN (Argentina), Fundación Futuro Latinoamericano (Ecuador), CEUTA (Uruguay) y Fundación Natura (Bolivia), con el apoyo de la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN). 

Los expositores presentarán una síntesis de los proyectos realizados en cinco países de América Latina con el fin de incidir en sus agendas climáticas nacionales. También comentarán las acciones llevadas a cabo en cada país para lograr incidir en las posiciones políticas de los gobiernos y en particular en el proceso de las contribuciones Nacionales.

Enrique Maurtua Konstantinidis aseguró que como los anexos son grupos muy grandes de países con mucha variedad de escala de desarrollo, tipo de economía, y valores entre otras distinciones, hay alianzas que forman éstos en base a intereses o características comunes para negociar durante las COPs.

Una de esas alianzas a las que pertenecen países latinoamericanos es la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC) en donde se encuentran Chile, Perú, Colombia, Panamá, Guatemala, y Paraguay. AILAC considera que una contribución debe incluir tres aspectos: la mitigación, la adaptación, y medios de implementarla.

Brasil propone que todos deben ser responsables para contribuciones pero diferenciados de alcance por nivel de desarrollo, para lo que plantea una idea gradual que intenta mediar entre las posturas más antagónicas, explicó Maurtua.

Los países del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Cuba, Bolivia, Ecuador, Venezuela entre otros) tienen una posición en defensa de los anexos de la convención con el argumento de que los países más desarrollados tienen una responsabilidad histórica que no puede ser transferida ahora a los países en vías de desarrollo. Para Maurtua Konstantinidis, esto en esencia es así, pero en algunos casos se puede interpretar como la excusa para la no-acción.

Más que un cambio climático

En la COP del año 2009, el escenario de las negociaciones del cambio climático era distinto al de hoy: la mayoría de las partes no tenían voluntad de hacer compromisos ambiciosos o estaban inseguras de que fuera necesario. Había un llamado espacio muerto entre China y Estados Unidos de responsabilidades y de compromisos, y además el país del norte,  en general, no querían tomar liderazgo en el ámbito internacional.

Actualmente, la mayoría de las partes entraron a la COP con sus Contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), lo que demuestra su voluntad de compromiso. A sí mismo, Estados Unidos ha expresado su deseo de ser líder en la causa y ha tratado de reflejarlo en sus esfuerzos por crear acuerdos bilaterales como lo hizo con China, Brasil, e India.