Gerardo Tata Martino tiene a mano el teléfono de sus abogados. Es que por estos días, además de tramitar el cobro de la deuda que la AFA mantiene con él y sus colaboradores luego de la renuncia al seleccionado, el entrenador fue denunciado públicamente por Greenpeace a raíz de un pedido de desmonte al gobierno salteño de un área protegida por la Ley de Bosques.

En 2010, Martino compró, junto con tres socios, varios lotes de la Finca El Totoral, ubicada en el departamento de Rivadavia en la provincia de Salta. El problema, además de ser un lugar resguardado por la normativa vigente, es que allí viven comunidades que utilizan esos terrenos para pastar.

La polémica llegó a su pico más alto en mayo de este año cuando el Gobierno salteño convocó a una audiencia pública para debatir el pedido de desmonte efectuado por Martino y sus socios.

Nosotros nos enteramos del pedido porque el Gobierno salteño nos convocó a una audiencia pública, explicó a Gestionpublica.info, Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de la ONG.

La audiencia tuvo mucha presencia de grupos de comunidades campesinas que viven en ese lugar, como sucede en varias fincas del norte del país que hay familias que viven de la ganadería intensiva, agregó Giardini y afirmó: Fueron a reclamar que no se permita el desmonte, porque no solo sería sacarles su casa sino también su almacén. Nosotros hicimos un pedido formal para que no se autorice, pero todavía está en estudio.

Respecto de la compra venta de los terrenos, Giardini reconoció que Greenpeace no tiene datos pero debe haber sido legal. Lamentablemente se compran y venden grandes campos con gente adentro y los compradores lo descubren después. La ley no permite desmontes cuando hay conflictos de tierras o cuando ese bosque es utilizado por comunidades, añadió.

De todos modos, desde la organización creen en la buena fe de Gerardo Martino. Es probable que no sepa que era un área protegida; le pasa a los que no están en tema, que se les ofrece un proyecto y no conocen la legislación, entendió Giardini.

Por otro lado, el referente de la campaña de Bosques de Greenpeace admitió que desde la organización están dispuestos a reunirse con el entrenador. Todavía no hablamos con él, pero queremos explicarle todo lo que implica un desmonte, no solo en términos de afectación a las comunidades que lo habitan, sino también por la cuestión medioambiental. Ese bosque es muy importante y tiene una gran biodiversidad. 2.500 hectáreas son tres mil canchas de fútbol.

Una figura pública como él no puede estar implicado en un desmonte y menos en una finca donde viven comunidades, finalizó Giardini.