Oficializado el plan estratégico, que en esencia plantea un período de Gobierno como mínimo de 12 años en los papeles al segundo mandato de Macri le seguiría el primero de Vidal-, los encuestadores salieron a marcar la cancha estableciendo todo tipo de juegos y combinaciones de los posibles rivales de los candidatos oficialistas.

Aunque el juego seduce al Gobierno, acaso porque ayuda a correr el eje de otras cuestiones importantes para esta época del año como son, por ejemplo, las pujas en las negociaciones paritarias que, por cierto, viene ganando al lograr imponer el techo de 15%, ya firmado por varios gremios- o el impacto de los aumentos en el precio de los alimentos y las tarifas de los servicios básicos; los funcionarios confirmaron que la triple campaña por las reelecciones se lanzarán a mediados de año, una vez finalizado el Mundial de Rusia.

Quienes parecen no poder esperar tanto tiempo son algunas consultoras que, apenas se conoció la noticia, salieron a medir al Presidente en distintos escenarios posibles.

Synopsis, por caso, sobre una muestra de 1.500 encuestados, cruzó en hipotéticos ballotages a Macri con cinco candidatos opositores: la ex presidenta Cristina Fernández, de Unidad Ciudadana; Sergio Massa, del Frente Renovador; y los gobernadores Alberto Rodríguez Saá (San Luis); Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manuel Urtubey (Salta).

Los números son llamativos. Macri (49,4%) se impone en todas las batallas, aunque CFK (32,5%), Rodríguez Saá (32,9 contra un 47,5 de Macri) y Massa (32,5 contra 42,7) le pelean más de cerca; seguidos por Urtubey (30 contra un 38,7), Uñac (26,7 contra 43,2).

Si bien estos números entusiasman al Gobierno, que suele mirar las encuestas con el ojo del amo que mira su ganado, hay otros números que le traen preocupaciones. La imagen del Presidente sigue en caída luego de la reforma previsional (41%, mientras que la positiva está por 35) y el descubrimiento de más cuentas off shore de funcionarios de máxima confianza del líder de Cambiemos como Nicolás Caputo; como también continúa descendiendo la percepción que tiene la gente con respecto al buen rumbo de la economía.

Según Synopsis, la percepción de que éste no es el rumbo correcto de la economía asciende al 41,7%. Frente a esta situación, hay dentro de Cambiemos quienes creen que adelantar la candidatura de Vidal a la presidencia podría ser el golpe que le aseguraría la continuidad al Gobierno. Quienes sostienen esta idea apuntan que Macri genera rechazo en ciertos sectores de la población y rescatan la buena imagen que tiene la Gobernadora.

Una mirada crítica que coincide con esta posición es el sondeo de la consultora Gustavo Córdoba y Asociados, quien sobre una base de 1.200 encuestados cosechó frente a la pregunta ¿Macri debería ser reelecto?, que el 19,5% está muy de acuerdo y un 24,6 está de acuerdo (44,1 en total) y un 35,7 por ciento se manifestó muy en desacuerdo y un 16,4 por ciento en desacuerdo (52,1 en total).

En su análisis, Córdoba atribuyó la baja en los números del macrismo a un exceso de confianza y de un error de lectura de la victoria de octubre. Esa combinación le dio un perfil complicado a la gestión, aseguró. En pocas palabras, Macri estaría perdiendo el voto de aquellos que lo apoyaron en la segunda vuelta. Ese es, precisamente, el caudal que no quieren dilapidar aquellos que ven a Vidal como mejor alternativa para las elecciones de 2019.

Mientras el oficialismo mastica los números y comienza a digerirlos, el Presidente y la Gobernadora acordaron bajar al llano, caminar en estos meses la provincia y el país. Desde la oposición, comienzan a verse los primeros movimientos en busca de la unión y el fortalecimiento. El acercamiento entre Hugo Moyano y CFK, es una muestra de ello; otra fue el encuentro del Peronismo en San Luis, organizado por el ex Jefe de Gabinete y ahora intendente de Resistencia, Jorge Capitanich.

El peronismo sabe, como ninguna otra fuerza política, que dividido juega a perdedor y tendrá que trabajar sobre sus heridas. La carrera por las presidenciales de 2019 recién comienza, pero ya se ven las primeras cartas sobre la mesa. Por ahora a la puja se la presenta como un juego de números, pero no lo es.

*Por Facundo Martínez. Sociólogo y periodista.