La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) operó entre el 15 de diciembre de 1983 y el 20 de septiembre de 1984. En un homenaje a sus 280 días de trabajo, el Gobierno porteño organizó el encuentro Sindicalismo y Democracia, del que participó, entre otros, Federico Recagno, Secretario Adjunto de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) quien denunció que los primeros en sufrir detenciones durante la dictadura militar fueron los trabajadores. El golpe militar ya estaba pensado en contra de determinados dirigentes sindicales.

El 24 de marzo, el día del golpe, se llevan a 25 delegados de base de un astillero, de los cuales 15 aún continúan desaparecidos y de la fábrica FORD secuestraron cerca de 30, amplió el dirigente de APOC en la charla que se llevó a cabo en la sala D del Centro Cultural San Martín.

Por su parte, el Secretario General del Sindicato de Bragado y Balizamiento, Juan Carlos Smith, recordó que entre 1976 y 1978 hubo innumerables episodios de resistencia no registrados. La primera respuesta orgánica que recibió la Junta Militar fue en abril de 1979, que terminó con muchos dirigentes sindicales encarcelados, agregó.

Además de la protesta social y la lucha de los sindicatos junto con al de otras organizaciones, ambos dirigentes coincidieron en que la derrota en Malvinas fue un punto de inflexión de cara a la partida del Gobierno de facto. Fue muy relevante. La junta pierde en un terreno que se suponía era su fortaleza y eso acelera el avenimiento del proceso democrático y la reconstrucción, analizó Smith. En la misma sintonía, Recagno soltó: Nos hizo abrir los ojos y a los militares se les cayó la careta.

En otro momento de la charla, que fue moderada por el periodista Jorge Sigal, se mencionó la gran identificación de los argentinos con los sindicatos. Se los reconoce como el mejor lugar para defender los intereses del trabajador. Argentina tiene uno de los porcentajes de adhesión más alto del mundo, un 40 por ciento, remarcó Smith, pero de todos modos reconoció que eso no se traduce inmediatamente en una mejora de la imagen.

En esa línea, el Titular del gremio de Dragado y Balizamiento, continuó: Nunca hubo una mirada ensoñadora de los sindicatos que no sea de la fuerza izquierda. Asimismo, Recagno entendió que la gente, por lo menos en las encuestas, pone al sindicalismo en discusión. Sin embargo, cuando uno mira dentro de los gremios no está tan en foco. Nosotros creemos en lo que hacemos, pero a veces nos cuesta transmitirlo a la ciudadanía en general, admitió.

Por último, los dos dirigentes volvieron a estar de acuerdo en la necesidad de reformar algunos estatutos internos de los gremios, puntualmente en la conformación de las comisiones directivas.

Por su parte, Smith reconoció: Tenemos que fortalecer las herramientas sindicales promoviendo el cambio. Por último,  Recagno ratificó que la reforma sindical la tienen que pensar los trabajadores y los gremios y concluyó: Tenemos la necesidad de reformar algo que funciona bien para nuestros afiliados.