Las catástrofes no mueren el día que suceden
Lo aseguró el Subdirector de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno porteño, Claudio Avruj, en marco del lanzamiento del libro ‘Enseñanzas para una sociedad más solidaria’, vinculado a la guerra de Malvinas, el atentado a la Embajada de Israel, la AMIA, la tragedia de Once y de Cromañón. El Estado, representado por sus funcionarios, jamás puede pensar al doliente como el enemigo u opositor, remarcó. Además, aseguró que la sociedad recupera la memoria cuando el almanaque marca un mes o un año de los hechos.
En marco de la 41° edición de la Feria del Libro, la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires presentó su libro Enseñanzas para una sociedad más solidaria. Aprendiendo de Malvinas, embajada de Israel, Cromañón y Once. El trabajo recopila el testimonio de sobrevivientes y familiares de víctimas de las mencionadas tragedias y fue redactado por un equipo de especialistas, algunos pertenecientes a la Red de Voluntarios para la Asistencia en Catástrofes.
Durante la presentación, el Subdirector de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, manifestó que el objetivo del libro es hacer un aporte a la sociedad intentando entender el fenómeno por el cual luego de los primeros días de dolor, la sociedad recupera la memoria cuando el almanaque marca un mes o un año de los hechos.
Las catástrofes no pasan y mueren el día que suceden, dejan secuelas para siempre y el Estado no puede estar ajeno a eso, analizó Avruj y advirtió que las políticas de derechos humanos deben atravesar todas las demás políticas de estado.
En ese sentido, el Subdirector de DDHH de la Ciudad manifestó que luego de una tragedia, el Estado y los sobrevivientes o familiares de víctimas tienen que trabajar juntos: El Estado, representado por sus funcionarios, jamás puede pensar al doliente como el enemigo u opositor, sino que tiene que entenderlo como alguien que fue cruzado por la vida.
Por otro lado, hizo foco en la tragedia de Cromañón. Elegimos el 30 para la presentación del libro porque creemos que era un homenaje pendiente a las víctimas, ya que Cromañón tiene menos visibilidad mediática que el resto de las tragedias, finalizó.
De la presentación también participaron Patricia Kazez y Pablo Avelluto, redactora y editor de libro, respectivamente.
Avelluto remarcó que los verdaderos protagonistas del libro son los entrevistados, que fueron escuchados atentamente y con empatía. Me quedó la sensación de que no habían sido escuchados previamente, por lo menos, de la manera que ellos consideran que debían serlo para que los demás sepan lo que vivieron y sufrieron.
Para el Estado, en muchas ocasiones, los sobrevivientes y víctimas se han vuelto presencias molestias. Entonces la transformación del Estado, al escuchar a estas personas, le da una enorme dignidad a la comprensión de los derechos humanos en la actualidad, concluyó Avelluto.
Por su parte, Patricia Kazez se refirió al trabajo que llevaron adelante los redactores del libro. Quisimos destacar los sujetos de las historias y no nos quedamos con lo que ya sabíamos. Queríamos estar más cerca. Hablamos con los que pudieron ponerle palabras a su dolor, relató la psicoanalísta y remató: Nos contaron lo que pasó con detalles y con una intensa carga afectiva, como si hubiese sucedido ayer. Por ese motivo, en el libro nos encontramos frente a nuestra vulnerabilidad y el sentimiento de soledad y desprotección.