Hace unos días atrás, a raíz de la denuncia de un grupo de vecinos auto convocados Todos por todos, se supo que en el municipio entrerriano de San Salvador casi la mitad de su población muere de cáncer generados, en su mayoría, por el uso de agroquímicos. En un informe aprobado en 2012, la Auditoría General de la Nación (AGN) ya había advertido sobre la falta de control de estos productos y apuntó contra la tarea del Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (SENASA). El organismo de control recomendó, en aquel momento, realizar un monitoreo permanente de los alimentos para detectar la presencia de residuos con el fin de garantizar la salud de los ciudadanos.

GestionPublica.info se comunicó con el periodista y escritor del libro Envenenados, Patricio Eleisegui, quién remarcó que en San Salvador el problema principal es que una de las pistas de fumigación está adentro del pueblo. Hay muchos depósitos de granos los cuales quedan con el producto químico incorporado y cuando se ventila, para que no entren plagas, el producto va al aire que respira la gente, explicó el escritor. Eleisegui también agregó que actualmente hay especialistas de la Universidad de La Plata midiendo lo que sucede pero todavía no se pudo determinar ciertamente cuál es la causa.  "Han tirado de todo en nuestras tierras y sin protección, por ignorancia, remarcaron desde la agrupación vecinal.

Agroquímicos, Política y control

Hay una decisión política, al menos del gobierno nacional, de no hablar sobre estos temas. Por el lado de los municipios, generalmente hay presencia de algunas autoridades y se dan ciertas discusiones que derivan en resoluciones menores como alguna ordenanza. La realidad es que el poder político decide mirar para otro lado y el problema ahora es que corremos desde atrás porque este sistema ya lleva 20 años y las regulaciones llegan tarde, denunció, en diálogo con este medio, Patricio Eleisegui.

Pero no solo hay decisiones políticas sino que además hay organismos del Estado involucrados en el tema como el SENASA que registra y autoriza los principios activos y productos agroquímicos utilizados en la actividad agropecuaria. Entre sus funciones, se encuentran la de catalogarlos según su toxicidad y llevar registros de las empresas productoras y esparcidoras de los mismos. También toma muestras de los agroquímicos sujetos a importación y exportación.

Sin embargo, las fallas del SENASA fueron señaladas hace ya tres años por la Auditoria General de la Nación (AGN). Según los auditores, no hay una base de datos integrada, completa y sistematizada con la información de todas las empresas registradas que se encargan de esparcir agroquímicos. Además de esto, se descubrió que las empresas no cumplen con todos los requisitos legales exigidos para la inscripción ni tampoco existe una notificación de la Administración requiriendo su cumplimiento. Tampoco se aplican sanciones a las empresas incumplidoras.

Argentina tiene un listado enorme de productos químicos que están habilitados y, por ende, están permitidos legalmente. Entonces, si yo hago uso de un producto legal no voy a tener problemas, pero si fumigo sobre un pueblo ahí debería tenerlo. Como el Estado, el SENASA y los organismos de control raramente cumplen con la función de controlar, lo que hacen es culpar al productor o a quien realiza la colocación pero no se habla del producto que se está tirando, detalló Eleisegui. Sobre este punto, el periodista agregó que no hay una discusión sobre los productos sino sobre las prácticas, buenas o malas como les gusta decir a ellos. Te contaminas y te preguntan si estabas usando el traje para evitarlo.

El autor de los libros Envenenados y Fruto de la desgracia, le aseguró a GestioPublica.info que hubo muy pocas sanciones a los productores. Hay un único caso en la provincia de Córdoba de una condena penal para un aviador y un productor que hacían aplicaciones en la periferia de un barrio y los niveles de cáncer eran muy elevados. También existen casos de denuncias que generaron multas o algunas que finalizaron con una ordenanza municipal tras una discusión política.

A modo de reflexión, Eleisegui culminó la entrevista afirmando que lo que vivimos hoy es un plan instalado en la década del 90´ con gobiernos que se han visto beneficiados económicamente por este tipo de producción de siembra directa y transgénicos. Por todo esto, ningún político pone en discusión la forma en la que se está produciendo. De cara al futuro, la perspectiva es realmente preocupante con candidatos que no hablan del tema ni analizan la decisión de la organización mundial de la salud de considerar al glifosato como una sustancia potencialmente cancerígena. Argentina es un laboratorio del mundo, usamos prácticas para abastecer a los países que dejaron de usarlas, agregó.

¿Qué son los agroquímicos?

Los agroquímicos o plaguicidas son sustancias que tienen la finalidad de destruir cualquier plaga, incluyendo aquellos transmisores de enfermedades humanas. Pueden ser insecticidas, funguicidas, avicidas, acaricidas, nematicidas, vermicidas y herbicidas. El plaguicida que se esparce por el campo termina incorporándose al ciclo de la naturaleza y cuando los niveles de toxicidad son altos, los químicos no se disuelven naturalmente y son el alimento de otras especies, inclusive del hombre.