La Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) organizó una jornada sobre Tendencias del Sindicalismo. Los líderes del gremio, Hugo Quintana y Federico Recagno, se reunieron en el Auditorio Borges junto a los referentes de la seccional de la Ciudad de Buenos Aires, Juan José Tufaro y María Alejandra Olivarez.

Fue Recagno el encargado de abrir el panel y el primer concepto que lanzó fue que el sindicalismo no está bien visto. Está muy estancado con algunas figuras que están hace 35 años, reconoció. Igualmente, admitió que es importante saber cuan bien visto está cada sindicato entre sus afiliados. Ahí seguramente la calificación levante un poco ya que Argentina es uno de los países con mayor porcentaje de afiliación en el mundo, aseguró.

Además, el Secretario Adjunto de APOC se refirió a la renovación del sindicalismo, no solo de los dirigentes, sino de sus responsabilidades. La eliminación de puestos es una tendencia del trabajo y está viniendo a la Argentina, donde ya tenemos otros problemas como la precarización laboral y una alta tasa de desempleo, advirtió y continuó: Hay que unir al sindicalismo con las nuevas tendencias, porque a los sindicatos ya no les alcanza solo con defender el salario mínimo.

En ese sentido, el Secretario General del gremio, Hugo Quintana, coincidió con Recagno en que tiene que existir un recambio generacional. Hay que empezar a hablar de las cosas que le importan a la gente, como la falta de trabajo, ratificó y analizó que se necesita un poder sindical diferente. Los sindicatos tienen que estar de cara a la gente y entender que hay que volver a la cultura del esfuerzo. Los grandes la tenemos, pero los más jóvenes tienen una idiosincrasia diferente, añadió.

Respecto al funcionamiento interno del gremio, Quintana aseguró que en APOC siempre se piensa en la renovación. En cada elección agregamos tres miembros a la Comisión Directiva menores de 30 años, destacó, pero también alertó que no es fácil estar del otro lado.

Por último, reconoció que Argentina es un país muy complicado. A muchos compañeros no les alcanza la plata y los jóvenes no saben qué hacer porque estudiar no garantiza nada, cuestionó y concluyó: Hay que confiar en el sindicalismo y en el gremio de cada uno y si no hay confianza hay que cambiar, porque esto se elige por el voto de los trabajadores.