Mejor vamos por la General Paz. Ese es el comentario de cualquier conductor que debe trasladarse por la Ciudad de Buenos Aires. Pero la circunvalación, que hace 72 años nació para dividir la Capital Federal del Gran Buenos Aires, hoy está colapsada y es también una de los grandes motivos del problema del tránsito que aqueja cotidianamente a la ciudadanía en general.

La Ley N° 2.089 de 1887 estableció definitivamente los límites de la Capital Federal al incorporar al mapa porteño los barrios de Flores y Belgrano. El artículo sexto de aquella normativa estableció que el Poder Ejecutivo debía fijar una línea divisoria y construir una calle de, por lo menos, cien metros de ancho. Así se ideó ese trazado poligonal que en su momento se llamó Límite del Municipio, pero que hoy todos conocen como Avenida General Paz.

Las obras comenzaron en 1937 y se dividieron en dos etapas. Primero el tramo Riachuelo Liniers y luego desde Liniers hasta el Río de la Plata. Finalmente, se inauguró el 5 de julio de 1941 y costó 24 millones de pesos de aquella época. 

Luego de 72 años, ese monstruo de hormigón ya no da abasto para alivianar el caos de tránsito de la Ciudad. El crecimiento del parque automotor, más la falta de inversión en obras de readecuación para los tiempos que corren es el cocktail que justifica las filas de autos interminables en ambos sentidos durante todo el día y, más aún, en las horas pico.  

En el año 2008, a través del Decreto Nº 2322, se aprobó el plan de obras para la ampliación de la Avenida General Paz, como parte integrante del Acceso Norte. El proyecto, incluía entre otras cosas, la construcción de un carril adicional desde el Acceso Norte hasta el Oeste. Según la normativa, el Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI), era ente facultado para aprobar el proyecto, presupuesto y fijar el plan de trabajo. 

Pero según un informe publicado por la Auditoría General de la Nación realizado en 2012, en base a datos del año anterior, sostiene que no se ejecutó la ampliación de la Avenida General Paz, conforme a lo establecido en el decreto 2322/08. Situación que se sigue agravando ya que el creciente nivel de congestionamiento de tránsito que se produce en la Avenida General Paz supera ampliamente su capacidad.

Análisis de la Gestión Pública se comunicó con el OCCOVI y desde el organismo auditado explicaron que en agosto del 2012 el Gobierno Nacional anunció el Plan de Obras de la

Ampliación de la General Paz y Obras Complementarias, a través de un recurso de afectación específica, el cuál sería destinado en un 80 por ciento a la financiación de la obra de ampliación y el 20 por ciento restante a obras complementarias en las zonas de concesión de cada uno de los Accesos (Norte, Oeste y Riccheri).

Según fuentes del OCCOVI, las obras que actualmente avanzan a buen ritmo son las siguientes: La adecuación nudo entre el Acceso Norte y la Avenida Balbín y la nueva rama de ingreso a la calzada principal en las proximidades del puente del Ferrocarril Mitre, a la altura de la estación Migueletes, lado Capital.

El proyecto total contempla, además de la construcción de un carril adicional entre el Acceso Norte y el Acceso Oeste, la repavimentación de las calzadas existentes y el ensanche y reemplazo de puentes, junto con adecuación de las ramas de enlace. El plazo total establecido para las adecuaciones es de 36 meses.

Un poco de historia

Su nombre oficial es Ruta Nacional A001, pero la avenida que separa la Capital Federal del Gran Buenos Aires y que une el Río de la Plata con el Riachuelo, siempre es mencionada como General Paz.

El Brigadier General Juan José Paz nació en Córdoba en 1791. Durante su adolescencia se dedicó a los estudios, pero a sus 20 años, la Revolución de Mayo le dió un giro a su vida y en 1811 ingresó al Ejercito del Norte, donde recibía órdenes de Juan José Viamonte y Manuel Belgrano (quienes poseen una calle y una avenida en la Ciudad, respectivamente), durante las batallas en el Alto Perú.

Mas tarde, y con el título de Coronel, protagonizó diferentes guerras civiles, siempre luchando contra las fuerzas federales. Así, formó parte del Gobierno unitario que intervino en varias provincias. El triunfo de Urquiza sobre Rosas, lo encontró exiliado en Río De Janeiro, pero al volver siguió defendiendo la causa porteña hasta 1854, año de su fallecimiento.