Según datos difundidos por el Ministerio de Turismo de la Nación en 2015, el 33,5% del turismo doméstico se dirige a las playas bonaerenses. En Argentina, el 12,9 por ciento de la población vive con alguna discapacidad permanente o transitoria, teniendo en cuenta datos del último Censo nacional de población, hogares y vivienda.

Estos son algunos de los números que sirvieron como disparador para que en la provincia de Buenos Aires, avance un proyecto de ley que busca volver accesibles las playas y los balnearios. La iniciativa fue presentada a principio de año por la senadora provincial Aldana Ahumada y también contempla ríos y lagunas.

La finalidad de esta iniciativa es promover la adaptación de las instalaciones, equipamientos, servicios, lineamientos arquitectónicos, comunicaciones, de seguridad y la capacitación del personal de las Unidades Turístico Fiscales de Playa, a efectos de garantizar el pleno uso y disfrute de la actividad turística de todos los sectores de la sociedad e incentivando la equiparación de oportunidades, como expresa la propuesta.

Actualmente existen 37 balnearios adaptados y Mar del Plata es la ciudad con más playas accesibles.

Cuando hablamos de accesibilidad, no solo es que haya una rampa para una silla de ruedas o un baño de discapacitados. Tiene que abarcar a todas las discapacidades, esto es lo distintivo de la ley, resaltó Ahumada, en comunicación con GestionPublica.info.

¿Qué tiene que tener una playa para ser accesible? Primero debe eliminar las barreras físicas que obstruyan la circulación de personas con movilidad reducida o cualquier otro tipo de discapacidad. Además, no puede faltar cartelería indicativa, estacionamientos reservados y señalizados. También deben contar con sistemas de alarmas para personas con discapacidad sensorial, vestuarios y baños adaptados, muletas y sillas anfibias a disposición, material de flotación de uso gratuito, sombrillas y zonas de sombras adaptadas, itinerario completo de acceso a los servicios y personal capacitado.

Este proyecto está en la cámara de Senadores, tiene despacho favorable de la comisión de Igualdad Real de Trato y Oportunidades y de Discapacidad y ahora está en Obras y Servicios Públicos. Luego se tratará en recinto y si obtiene la media sanción, pasa a Diputados. Para mediados del año que viene esperan que se convierta en ley. El desarrollo de la propuesta se trabajó con diferentes organizaciones y concesionarios que tenían experiencia en la adaptación de playas, como el administrador general del Complejo Punta Mogotes.

Una vez aprobado, los municipios deberán adherirse. Cada uno lo reglamentará de acuerdo al contexto de sus costas. Lo que hacemos con esta iniciativa es establecer de forma macro que debe tener un balneario para ser accesible, dijo la Senadora. Asimismo aclaró que adaptar un balneario no requiere de mucho presupuesto y se puede hacer de forma progresiva. Todo depende de las necesidades que cada espacio tenga para lograr adecuar las instalaciones con las que ya cuentan. Actualmente, los concesionarios que tienen contrato en vigencia pueden seguir así, hasta que renueven los contratos de concesión, añadió.

Cuando una persona que tiene una discapacidad va a una zona turística a vacacionar, si la pasa bien y se siente cómodo, vuelve. Y esto es lo importante, que todos puedan tener la posibilidad de disfrutar de sus vacaciones y que sea una buena estadía, enfatizó Ahumada. Como reza el proyecto de ley: El ámbito en el que las personas con discapacidad se desarrollan, constituyen una variable fundamental en su formación personal.