Retraso en las tareas del Riachuelo
El presidente de la Asociación de Vecinos La Boca, Alfredo Alberti, dialogó con este medio sobre las cuentas pendientes que hay en materia de salud, hábitat y ambiente hace más de diez años.
Alfredo Alberti preside la Asociación de Vecinos La Boca, que desde hace 20 años trabaja con las problemáticas que acarrea vivir cerca de uno de los ríos más contaminados de América. Alrededor de 3 millones de personas habitan en las cercanías de este cauce. Desde 2008 esperan que la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) cumpla con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que obliga al ente a mejorar la calidad de vida de los habitantes y recomponer el ambiente.
¿En qué estado están las tareas de relocalización y saneamiento de los barrios que componen la Cuenca Matanza Riachuelo?
Las tareas relacionadas a la Cuenca, en general, tienen un atraso impresionante. Lo peor es que la salud de la población depende de estas, ya que está vinculada directamente con los vertidos industriales. El fallo de la Corte Suprema de Justicia, de 2008, que ordenó sanear el Riachuelo, tiene como fundamento principal proteger la salud de la población. Y el factor más contaminante son estos residuos líquidos.
¿Cuál es el tratamiento de estos efluentes?
En este momento para los cloacales se está llevando adelante una obra sin precedentes, de la mano de AYSA y del Banco Mundial. Esta obra, Sistema Riachuelo, va a estar terminada para el 2021 o el 2022, y disminuirá los residuos domiciliarios que llegan de la Ciudad. No así los que provienen de la Provincia, para los cuales es necesaria otra obra. Pero va a ser un gran avance en cuanto a control de vertidos.
En materia industrial los residuos son, lamentablemente, los mismos que estaban antes del fallo de la Corte, que ya tiene más de diez años. Esto se debe a algunas resoluciones que ACUMAR prometió cambiar y nunca hizo. Esas disposiciones son las que guían a los inspectores a la hora de controlar las empresas y poder saber cuándo están reconvertidas, cuándo no y bajo qué parámetros. Si esto no se modifica, la contaminación seguirá estando y la salud de los vecinos continuará en riesgo.
¿Cómo es el control que se realiza a estas compañías?
Los responsables de los controles son los inspectores de ACUMAR. Pero los parámetros que tiene el ente son absolutamente permisivos. Entonces la contaminación que tenemos en el Riachuelo es exactamente la misma que la del 8 de julio de 2008, cuando fue el fallo de la Corte. La situación no mejoró desde entonces.
En 2006 la Legislatura Porteña declaró la zona en Emergencia Sanitaria ¿Qué implica esta resolución? Involucra un aumento del reconocimiento de los derechos de la población y una mayor protección pero, en la práctica, no se cumple. No se obedecen las leyes ni el fallo de la corte. A esta emergencia sanitaria no se le da la importancia que realmente tiene.
En un informe de 2017 de la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA) detectó que los centros sanitarios de la zona sufrieron un recorte presupuestario ¿Cómo es la atención del servicio de salud pública?
El recorte presupuestario es muy evidente, lo único que se salvó es la obra Sistema Riachuelo. Las partidas de ACUMAR evidentemente sufrieron un recorte muy importante, lo que incide negativamente en todas las áreas que tienen que atender el organismo.
En cuanto a la atención medica ocurre que falta personal y recursos. Es de rutina. Acá tenemos absolutamente colapsado el Hospital Argerich y los centros de salud de la zona por una serie de motivos y complicaciones que hacen a la sociedad en general. Entonces cuando el vecino tiene que recurrir no hay capacidad y no es atendido como corresponde. Todas las salas están ocupadas, esto es un problema histórico para quienes viven en el barrio. La lentitud para los turnos, para ser atendidos, para localizar camas o tener una intervención quirúrgica es tremenda.
¿Cuáles son las afecciones que más se registran en la zona?
Las alergias en la piel o en las vías respiratorias es lo que más se ve. Esto se corrobora al hablar con las farmacias o médicos de la zona y se repite en todos los barrios linderos al Riachuelo. También hay una gama de enfermedades que sabemos que son frutos de la contaminación pero que se dificulta establecer una relación causa-efecto de manera directa.
¿Los vecinos de la cuenca tienen instancias para dialogar con las autoridades de ACUMAR sobre las problemáticas que sufren?
La conversación existe, lo que no existe son los resultados. Pero parece una forma de manipular porque se habla mucho de la participación vecinal para estos temas. Acá se hacen reuniones permanentes, pero la realidad no cambia. Esto es así desde siempre, es una constante. Y por eso estamos como estamos.