Se sabe qué es la AGN pero no lo que hace
Lo confesó el titular del organismo de control, Oscar Lamberto. Entre risas, aunque desilusionado, aseguró que le han llegado a preguntar si entre sus funciones estaba la de controlar la temperatura de los aires acondicionados.
Una nueva y amigable página web, fotografías tomadas por drones, una aplicación para celulares, nuevas modalidades laborales, presencia en redes sociales, videos interactivos, vínculo con estudiantes y, principalmente, redacción de informes cortos y sencillos. Estas son las premisas de trabajo que destacó Oscar Lamberto para implementar en la Auditoría General de la Nación (AGN) este 2017 y los años que vendrán.
En una entrevista exclusiva con GestiónPublica.info, el ex Auditor General, remarcó que hoy en día la gente sabe qué es la AGN pero no lo que hace. Me han llegado a preguntar si controlamos la temperatura de los aires acondicionados, admitió. Es por eso que su mirada está puesta en potenciar la comunicación institucional y que la sociedad no solo vea el trabajo del organismo sino también lo entienda.
La Auditoría cumplió 25 años pero sigue siendo joven. Tenemos una identidad en búsqueda y recién ahora nos estamos aproximando a lo que queremos ser. Hay muchas cosas por hacer, destacó entusiasmado y volvió a remarcar su postura frente a la extensión de los informes, algo que indudablemente se ha transformado en un objetivo claro de su gestión. Deben ser claros y cortos. Estamos en una cultura de los 140 caracteres, no podemos hacer informes de 400 hojas, exclamó. Para Lamberto, no debería existir nada que no pueda decirse en 20 páginas.
Aunque reconoció que en los medios de comunicación solo las catástrofes o malas noticias se transforman en noticia, señaló como un importante avance que hoy los parlamentarios usen los informes y videos de la AGN para generar proyectos de Ley. Eso es la comunicación no escandalosa, institucional, agregó. Tenemos que devolverle al ciudadano lo que pagan por nosotros, es nuestra obligación. La AGN tiene que devolverle al país el costo de la Auditoría. Y, para Lamberto, esa obligación está estrechamente relacionada a seguir fomentando la transparencia, normas e informes uniformes y un lenguaje común que transmita que el control es parte de la vida cotidiana.