Solo había pasado un mes de 2017 cuando estalló el escándalo. La condonación de una vieja deuda por parte del Estado hacia Correo Argentino fue el detonante. Repasemos: en 2001, la empresa de Franco Macri entró en concurso preventivo al mismo tiempo que le inició distintos juicios al Estado. En ese momento, la deuda era de 300 millones de pesos.

En junio de 2016, el Grupo Socma le ofreció al Estado pagar el total de la deuda pero a valor nominal, es decir, sin calcular los intereses ni la devaluación del país. La operación solo incluía el pago de un 7 % de interés anual sobre el saldo abonado en la última cuota. La oferta fue aceptada. Sin embargo, la Fiscal General, Gabriela Boquín, consideró ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial que la propuesta era abusiva y el arreglo se frenó.

Ante esta situación, distintos funcionarios pidieron la intervención de la Auditoría General de la Nación (AGN), para que el máximo organismo de control público del país analice el detalle de la convocatoria de acreedores y también el post concurso.

La primera reacción del titular de la AGN fue negativa. Oscar Lamberto recalcó que la Auditoría General de la Nación no era el organismo adecuado para analizar el acuerdo entre el Gobierno y Correo Argentino. A los pocos días, la postura se volvió un poco más flexible: ahora solo intervendría con el visto bueno del Congreso.

Y así sucedió. El expediente de 22.000 hojas llegó finalmente al edificio ubicado en Rivadavia 1745. La AGN había solicitado a la Sala B de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial copias certificadas de la causa, como generalmente sucede en las revisiones de este tipo de casos.

Pero para sorpresa de todos, o por lo menos de los miembros de AGN, la Justicia envió el expediente original de la causa del Correo Argentino. Por eso, desde la cúpula de la Auditoría decidieron custodiar las fojas con gendarmes armados en una oficina anti-incendios.

Pero lo insólito no pasa solo por el traslado del expediente original de un lugar a otro, sino lo que ello significa. En primer lugar, el hecho que los originales no estén en las dependencias de los Tribunales comerciales hace que la causa esté frenada. Por otro lado, cualquier cosa que pueda pasar con las fojas que hoy están en el edificio de la Auditoría General de la Nación daría lugar a un manto de sospechas en torno a la causa, algo que las autoridades de AGN tienen en claro y, por eso, luego del escaneo de todas las fojas, la devolverán al lugar de donde nunca debieron salir. En principio, esto sucederá a mitad de esta semana, en un operativo que incluirá también a la gendarmería.