Norma es maestra de un colegio rural, da clases de nivel inicial hasta segundo ciclo básico. Tiene entre 40 y 45 alumnos.

¿Por qué eligió ser maestra?

En principio no fue por vocación, más bien era un deseo de mi madre. Pero cuando falleció, me dije voy a cumplirle su sueño. Después, al empezar a ejercer, me di cuenta que amaba la docencia y que es lo único que me mantiene viva. Adoro lo que hago, ahora realmente es por vocación.

¿Siente que hay alguna traba que dificulte desempeñar su tarea de docente?

Por ahí los recursos materiales que muchas veces necesitamos, por ejemplo la construcción de unos sanitarios, hay muchas vueltas, muchas trabas para concretar las cosas, es muy lento todo el proceso hasta que llega la ayuda. Los trámites formales  podrían ser un poco más prácticos.

¿Cree que la imagen del funcionario público está deteriorada?

En mi caso, es una cuestión de responsabilidad de cada uno de los docentes, si cada uno de nosotros desde el lugar que nos toca trabajar ponemos todo y trabajamos con vocación, las cosas serían distintas. Pero hay algunos casos donde se trabaja por necesidad, porque si uno tiene vocación se da mañas y trabaja con los recursos disponibles y busca alternativas, trata de darle lo mejor a los chicos para intentar ponerlos en igualdad de condiciones con otros chicos que están en otras instituciones. Yo lo relaciono con la responsabilidad ética de cada docente.

¿Se puede cambiar este aspecto?

Por ahí con un poco de charlas con los docentes, capacitaciones (siempre en forma gratuita), empezar a hacer más talleres con los maestros para hacerles ver esta parte. Herramientas tenemos para trabajar, pero hay que empezar a concientizar, a trabajar en la parte humana, por ahí está faltando rescatar más los valores.