Asignación Universal por Hijo: la evolución de una política social clave para el país
En un contexto recesivo, la AUH es una herramienta fundamental para combatir la pobreza y la indigencia. Sin embargo, para 2025, se presupuestó una partida 3,7% menor en términos reales. Entre 2009-2023, la AUH perdió 38% en promedio y ajustado por inflación.
La Asignación Universal por Hijo (AUH) es una de las principales políticas sociales que existen en Argentina. Implementada desde 2009, surgió para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad. A lo largo de los años, el poder adquisitivo de la AUH ha experimentado fluctuaciones que van desde un acelerado deterioro hasta procesos de recomposición.
Al observar la serie histórica de la asignación, se pueden analizar las distintas variaciones del monto real. Expresados a valores constantes de agosto de 2024, en noviembre de 2009, el valor de la AUH fue de $65.867 que si bien no está cerca de los pisos históricos, tampoco se aproxima a los valores más altos.
El valor más alto que la AUH alcanzó en los últimos 15 años fue en junio de 2015.
El valor más alto que la AUH alcanzó en los últimos 15 años fue en junio de 2015, cuando se liquidó a un monto de $90.244. Cuatro años después, a fines de 2019, se inició un proceso de deterioro que se profundizó y aceleró para encontrar su piso en diciembre de 2023 con un valor real de $40.816.
Durante el periodo comprendido entre 2019-2023, la asignación perdió 38% de su valor real. A partir de 2024, comenzó un proceso de recomposición de la asignación y, en septiembre, la AUH subió a un valor de $80.772, aproximadamente un 97% más que la liquidada en diciembre 2023. Aun así, el monto abonado en septiembre de 2024 se encuentra por debajo del pico histórico alcanzado en junio de 2015.
Al comparar los valores promedio por período de gobierno, se observa que la prestación, en la actualidad, está 10% por encima del valor que tenía en sus primeros años, pero 10 puntos porcentuales por debajo de los máximos valores para toda la serie.
Al analizar los valores promedio de la AUH en cada gestión de gobierno, se comprueba que el valor se ubicó en torno a los $62.109 durante 2007-2011, pasó a $74.362 entre 2011-2015, subió 3,27% entre 2015-2019, lo que representó un monto de $76.799, siendo el valor promedio más alto que la AUH alcanzó en los últimos 15 años.
Luego, en la gestión de 2019-2023 comenzó el retroceso del valor promedio de la AUH de aproximadamente 20%, lo que da una liquidación promedio de $61.588. Por último, en estos primeros 10 meses del año llegó a $68.368, lo que significa un aumento del 11% respecto al promedio liquidado en el ciclo presidencial anterior.
Un presupuesto en retroceso
El presupuesto proyectado para 2025 asciende a $4.610.585 millones, lo que representa un incremento del 37% respecto al crédito que tiene actualmente la partida, que es de $3.355.425 millones. Sin embargo, la variación real (ajustada por la inflación prevista en el presupuesto) es considerablemente más baja. En términos reales, la AUH retrocederá un 3,7% a nivel de recursos disponibles para el año que viene.
A pesar del aumento nominal, el poder adquisitivo de la AUH no mejorará en 2025, manteniéndose en niveles similares a los de este año. Por este motivo, aunque el monto destinado a la Asignación Universal para la Protección Social aumente en términos absolutos, su impacto real en la economía de los hogares más vulnerables seguirá limitado, dada la dinámica inflacionaria prevista en el presupuesto 2025 de 18,3%.
En línea con lo analizado anteriormente sobre la evolución del poder adquisitivo de la AUH, la reducción de 3,7% en términos reales no permitirá revertir la pérdida de poder adquisitivo observada en los últimos años, ni tampoco acercarse a los máximos históricos que la prestación social tuvo en momentos de políticas sociales expansivas.
El impacto en la salud y educación
La creación de AUH fue innovadora al tratarse de transferencias monetarias que incorporan criterios de condicionalidad que deben ser cumplidos para conservar el beneficio. Con este enfoque se buscan objetivos de largo plazo para impactar en los sectores más vulnerables y romper de esta manera el ciclo intergeneracional de la pobreza.
Varios estudios de evaluación y monitoreo, tanto a nivel nacional como internacional, argumentan que este tipo de iniciativas de protección social con condicionalidades han tenido efectos positivos en el acceso a la salud, realización de controles preventivos e inmunizaciones, así como en la reducción de la prevalencia de enfermedades en los niños.
Esta dinámica implementada por la AUH impacta en los indicadores más importantes como son la tasa de mortalidad y alfabetización, mejorando directamente la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables.
Contener la pobreza y mitigar la indigencia
Fundación Éforo elaboró un informe con datos de 2023 para conocer la población que recibe y está por fuera de la política social vigente aún en la actualidad. Al promediar el año, se abonaron aproximadamente 9.2 millones de asignaciones por hijo/a, lo que a nivel nacional representa el 66% de los NNyA de Argentina.
En los últimos 15 años, las asignaciones familiares por hijo/a se triplicaron y sumaron aproximadamente 6,8 millones de beneficiarios. La inversión pública destinada a asignaciones familiares por hijo/a ha crecido entre los años 2008 y 2022, pasando de representar del 0,4% al 1,2% del PBI.
Aún considerando diferentes composiciones de hogar, el monto del beneficio de las asignaciones familiares por hijo/a no logra cubrir en ningún caso el valor de la Canasta Básica Total (CBT). En el caso de los hogares monoparentales, la AUH alcanzó para cubrir en promedio el 13% de la CBT y en los hogares biparentales esta cifra se reduce aún más: alcanzó para cubrir el 10%.
Un presente que incomoda
En Argentina, la realidad de los hogares donde habitan niños, niñas y adolescentes de hasta 17 años (NNyA) es crítica. Según datos del INDEC, para el primer semestre de 2023, más de la mitad de los NNyA viven en condiciones de pobreza o de indigencia. En números, mientras que 1 de cada 10 NNyA habitan hogares indigentes, 6 de cada 10 viven en hogares pobres.
Recientemente, UNICEF publicó una serie de datos en los que se exponen la situación actual de las poblaciones más vulnerables de la Argentina. En 2023, la indigencia aumentó un 14,3%, equivalente a 1,8 millones de niños y niñas. Es decir que en un año se sumaron 250 mil niños y niñas a vivir en condiciones de indigencia. Por otro lado, la pobreza afecta prácticamente al 60% de niños, niñas y adolescentes en Argentina.
Si bien la política social de protección de las infancias no logra reducir la pobreza a niveles aceptables para un país que aspira a consolidar un desarrollo integral de la población, la situación se volvería aún más dramática sin estas acciones realizadas desde el Estado Nacional. Concretamente, UNICEF estima que sin la política actual, 270 mil niños y niñas más vivirán en la pobreza y 1 millón pasarían directamente a la indigencia.
Para conocer más sobre el tema, se pueden consultar los informes técnicos y ciudadanos realizados por Fundación Éforo y disponibles en su sitio web.