Durante 2003, la Argentina destinó unos U$S 550 millones para comprar combustible a otros países. Una década después, ese monto creció unas 18 veces y trepó en 2012 a U$S 10.254 millones. Lo que quiere decir que en sólo diez años las importaciones de combustibles aumentaron un 1.765%

Semejante evolución se registra en un período marcado por las restricciones a las importaciones, tanto de bienes de consumo como de capital, que se vienen dando sobre todo en los últimos dos años. 

Paralelamente puede advertirse el incremento que muestra la participación de la compra de combustibles a otros países en el total de las importaciones argentinas.

Es que en 2003 las importaciones totales del país fueron por U$S 13.851 millones, de los cuales, como se dijo, U$S 550 millones se utilizaron para la compra de combustibles, es decir el 4%.

Esa proporción pasó al 15%, contando hasta septiembre del año pasado, porque de un total de importaciones que ascendió a los U$S 67.880 millones, se destinaron a combustibles unos U$S 10.254 millones.

En un contexto de limitación a la compra de divisas, vale decir que las importaciones de combustibles, sobre todo del gas licuado, se pagan en dólares y al contado.

Por otra parte, las exportaciones de combustibles también muestran una evolución hacia el alza, pero de menor magnitud.

En el año 2003, la Argentina tuvo ingresos por U$S 5.380 millones gracias a las venta de combustible a otros países,

Una década después, esas operaciones le reportaron a la Nación unos U$S 6.343 millones; lo que significa que entre 2003 y 2012 las exportaciones combustible se incrementaron un 18%.

El indicador que sí muestra una involución entre tantos números es el de la participación de la venta de combustibles a otros países en el total de exportaciones de la Argentina.

Es que en 2003 la Nación registró ingresos por U$S 29.939 millones en concepto de exportaciones totales. De esa cifra, el 18% llegó gracias a la venta de combustibles (U$S 5.380 millones). 

Y para 2012 esa proporción bajó al 8%, porque de un total de exportaciones que ascendió a $ 78.994 millones, los combustibles aportaron unos U$S 6.343.

Oídos sordos

Ya se dijo que el año pasado hubo exportación de combustibles por U$S 6.343 millones y que las importaciones en ese rubro ascendieron a U$S 10.254 millones. Esta diferencia negativa en la balanza, de casi U$S 4.000 millones, adquiere otra dimensión si se tiene en cuenta un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) elaborado en 2007, del que El Auditor.info ya diera cuenta hace unos años. 

Aquella investigación demostraba un fenómeno, con respecto al combustible, que consistía en el aumento del consumo y, de manera inversamente proporcional, el descenso de las inversiones en exploración, lo que provocaba una “importante disminución del stock de gas natural, el principal componente de la matriz energética nacional, a menos de nueve años”.

Ante esa situación “sumamente critica” -a palabras del propio informe-, ya en 2007 el organismo de control decía que si no se quería convertir a la Argentina en un país importador de combustibles sustitutos se debían invertir unos U$S 4.000 millones por año durante una década.