Rio Gallegos, (NA) - El ministro de Economía de la provincia de Santa Cruz, Juan Manuel Campillo, le presentó ayer su renuncia al gobernador Daniel Peralta, en medio de un déficit histórico de la provincia, calculado en 2.402 millones de pesos.

En su lugar asumirá el contador Diego Robles, que hasta ayer era titular de la Obra Social de la Provincia de Santa Cruz y fue hasta hace pocos meses atrás gerente de una clínica privada en la capital santacruceña.

Robles es muy allegado a Juan Manuel Campillo y seguiría la línea planteada por el ahora ex ministro al frente de la cartera.

Se especula que, incluso, quedarían en sus cargos varios de los principales colaboradores del ministro saliente.

Oficialmente no trascendieron las razones que llevaron al ministro a renunciar, pero se pudo saber que hace ya varios meses que el funcionario contaba con un ofrecimiento para ocupar un cargo en el Gobierno nacional, sin que trascendiera el tenor del mismo.

"El quería renunciar en mayo, pero se le pidió que se quedara un tiempo más", dijeron algunas fuentes gubernamentales.

Santa Cruz atraviesa hoy una de sus peores crisis económicas desde 1989. El rojo de las cuentas presupuestarias alcanza los 2.042 millones de pesos y la aparición de un paro petrolero enfocado sólo dentro de los límites provinciales, agravan aún más la situación.

Campillo está acusado por la oposición en el Tribunal de Cuentas de incumplimiento de los deberes de funcionario y violación a la ley de Contabilidad, por la toma de adelantos en cuenta corriente en Banco Nación por 460 millones de pesos el año pasado.

Esto derivó en la aprobación en la Cámara de Diputados, con las manos del oficialismo, de un crédito por ese monto para cubrir el rojo en la cuenta corriente y destrabar así la disponibilidad de los fondos extraordinarios que aún conserva la provincia en ese banco.

Luego de conocida la denuncia, ningún funcionario provincial salió al cruce en defensa del ministro, un hombre de confianza de Néstor Kirchner.

De hecho, durante la gobernación K como secretario de Hacienda (y se sospecha que después también), Campillo fue y es el único que, fuera del ex presidente, sabe con exactitud cuándo, cómo y dónde estuvieron los fondos que supo tener la Provincia depositados en el exterior y que llegaron a ser 1.200 millones de dólares (hoy sólo quedan 402).