La Basílica Nuestra Señora de la Piedad del Monte Calvario es un templo que guarda en cada piedra y retablo la memoria viva de 229 años de historia. Fue que fue construida el 12 de diciembre de 1796, por orden de el obispo Don Manuel Antonio de la Torre, en la esquina de Bartolomé Mitre y Paraná, a pocas cuadras del Congreso de la Nación. 

En el santuario, testigo de momentos cruciales en la construcción de la identidad de nuestro país, descansan los restos de Mama Antula, primera santa y figura crucial en la independencia, canonizada el 11 de febrero de 2024 por el Papa Francisco

Las distintas imágenes de la iglesia se destacan por su arte.
Las distintas imágenes de la iglesia se destacan por su arte.

Los orígenes de la iglesia se remontan a mediados del Siglo XVIII. En sus inicios fue una modesta capilla en una zona habitada por chacareros, esclavos y trabajadores indígenas. A medida que la Ciudad fue creciendo, surgió la necesidad de un templo más amplio que pudiera responder a las aspiraciones de una comunidad en expansión. 

En 1866 se inició la obra de reconstrucción que, bajo el diseño de los arquitectos italianos Nicolás y José Canale, y posteriormente finalizada por Juan Antonio Buschiazzo, dio lugar a la imponente basílica actual. Su arquitectura neorrenacentista, de líneas elegantes y detalles minuciosos, dialoga a la perfección con la tradición litúrgica y artística que se respira en su interior. A fines del Siglo XIX, la prensa la describió como “el templo más lujoso” de la época. 

La imponente cúpula de la iglesia evoca el renacimiento italiano.
La imponente cúpula de la iglesia evoca el renacimiento italiano.

El edificio sigue generando asombro. Para arquitecto Julio Cacciatore es llamativo que una iglesia tan rica en historia y con valiosas piezas de arte no haya generado una bibliografía más extensa. El historiador e investigador del patrimonio de la iglesia, Oscar De Masi, plasmó su estudio en el libro “La Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad del Monte Calvario. Apuntes históricos y artísticos e interpretación patrimonial”. 

De Masi fue el impulsor de la declaración, el 7 de agosto de 2017, del Templo de La Piedad como Monumento Histórico Nacional. Su libro es la primera obra que aborda de manera integral la historia de la parroquia y su edificación. Allí menciona que el cuadro “La misa de diez en la capilla de La Piedad” de Martín Boneo, que se exhibe en el Museo Histórico Nacional, es el único testimonio gráfico del interior del viejo templo. En dicha obra se observa el altar, el retablo mayor y detalles que ilustran la asistencia de una familia de simpatizantes federales, la presencia de una esclava, la figura de un caballero con su sombrero en mano, soldados en formación y, en un atril reservado históricamente para magistrados españoles, el retrato del Restaurador don Juan Manuel de Rosas escoltado por un guardia federal.

La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en  2017.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2017.

Valioso patrimonio

Dentro del recorrido por el patrimonio artístico y litúrgico del templo se destaca el antiguo altar, que alberga la única réplica en América de la escultura “La Piedad” de Giovanni Dupré, cuyo original se encuentra en el Cementerio de Siena, Italia

Entre los tesoros que custodia el edificio se encuentran los restos de Mama Antula, la primera santa de Argentina, conocida formalmente como Santa María Antonia de Paz y Figueroa

La leyenda narra que, en septiembre de 1779, tras recorrer varios kilómetros descalza y con vestiduras raídas, Mama Antula llegó a esas tierras acompañada por dos beatas y un carrito. Las polvorientas calles del virreinato fueron testigos de su arribo; algunos niños, al verlas cubiertas de polvo y con dificultad para caminar, las señalaron con incredulidad, gritando “¡Brujas!”. Sin embargo, lejos de inmutarse, ingresaron a la capilla, confiando su destino a la Virgen de los Dolores y suplicando fuerzas para cumplir su misión: fundar la Santa Casa de Ejercicios Espirituales y esparcir la luz de la fe en una ciudad en ciernes.

La santa también fue una de las mujeres más destacadas de la época colonial y el país en construcción debido a su capacidad intelectual y conocimiento, ya que fue una de las primeras escritoras de Latinoamérica y guía espiritual de distintas figuras que lucharon por la independencia, por ejemplo los integrantes de la primera junta de gobierno. Actualmente la estación Independencia de la línea E del Subte, lleva como segundo nombre Mama Antula, luego de su canonización. 

El mausoleo donde descansan los restos de Mama Antulla dentro de la iglesia.
El mausoleo donde descansan los restos de Mama Antulla dentro de la iglesia.

La devoción por Mama Antula ha trascendido los siglos. Sepultada en el camposanto de la iglesia el 8 de marzo de 1799, su mausoleo se erige hoy en una de las naves laterales, donde peregrinos y fieles se imponen para rendir homenaje a su vida de sacrificio y entrega. 

El funeral de Dorrego, misas rosistas y otros hitos históricos 

La historia de La Piedad está, además, entrelazada con episodios que marcaron el devenir del país que reúnen a varias figuras históricas. Según la investigación de De Masi, fue en este recinto sagrado donde se celebraron funerales patrióticos, como el de Manuel Dorrego, y donde se rindieron honores a los caídos en la lucha contra los indios durante la Campaña del Desierto del gobierno de Juan Manuel de Rosas en 1834.

En la obra del historiador también quedan documentados otros hitos históricos en el nacimiento de la nueva patria, ya que se realizó el funeral y un homenaje a los soldados caídos en la independencia y la iglesia también fue sede de los festejos del primer centenario de la Revolución de mayo en 1910. 

Pasaje de La Piedad

A pocos pasos de la iglesia, el Pasaje de la Piedad emerge como un complemento arquitectónico y patrimonial del templo. Inaugurado en paralelo al proceso de renovación de la basílica en la segunda mitad del siglo XIX, este pasaje en forma de U se integra armónicamente al entorno, registrando la transformación urbana que vivía Buenos Aires y la apuesta por un diseño que honrara el pasado sin renunciar a la funcionalidad del presente. La relación entre templo y pasaje se consolidó con la declaratoria de monumento histórico nacional, evidenciando el valor cultural y simbólico de ambos. 

El Pasaje De La Piedad complementa a la iglesia y guarda la memoria de la antigua Calle De la Piedad. Las viviendas se destacan por su influencia italiana de Buchiazzo.
El Pasaje De La Piedad complementa a la iglesia y guarda la memoria de la antigua Calle De la Piedad. Las viviendas se destacan por su influencia italiana de Buchiazzo.

Su origen se remonta al Siglo XIX, cuando el entonces intendente de Buenos Aires, Arturo Gramajo, ideó un pasaje que combina elegancia y funcionalidad. Para llevarlo a cabo, convocó a los arquitectos genoveses Nicolás y José Canales, quienes comenzaron la construcción en 1888. Posteriormente, en 1909, el arquitecto piamontés, Juan Antonio Buschiazzo, fue el encargado de finalizar los detalles. 

En la actualidad el pasaje está cerrado. Compuesto por 114 viviendas, la mayoría son de vivienda, mientras que otras son sedes de distintas empresas, sobre todo de atención médica. El encanto del Pasaje de La Piedad lo ha convertido en un sitio muy buscado para la producción audiovisual. A lo largo de los años, ha servido como escenario para varias películas argentinas, entre ellas: Pobre mi madre querida (1948), La orquídea (1951), Fiebre de la primavera (1965) y El infierno tan temido (1980), entre otras producciones.