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Publicado: 06-12-2011

Capital Federal.- Los reclamos surgieron en mayo de 2007 y apuntaban a los complejos termoeléctricos cercanos al puerto. La Auditoría de la Nación investigó y detectó que las firmas trabajan desde antes de que se impusieran los topes, por eso el ENRE no tiene margen de acción. ¿Otra limitación al control?, una de las centrales involucradas se enteró de la historia por una consulta de este medio. 

En mayo de 2007, vecinos de distintos barrios porteños (Palermo, Belgrano, Recoleta y Retiro), notaron que sus veredas se estaban deteriorando, como así también ciertas estatuas, y varios edificios de piedra. Esta situación la atribuyeron a la presencia de “lluvia ácida”, proveniente, según aseguraron, de los gases contaminantes emitidos por las centrales de generación eléctrica que posee la Ciudad de Buenos Aires, puntualmente Central Costanera y Puerto S.A.

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