“El Consenso es una doctrina, estamos convencidos de que sus principios básicos apuntan a resolver una parte significativa de los problemas de la sociedad” consideró Guillermo Schweinheim, quien fue miembro del Consejo de Expertos en Gestión Pública.

Se refiere al documento titulado Consenso por una función pública profesional para la Argentina del siglo XXI que plantea la necesidad tener funcionarios públicos preparados, competentes, imparciales e íntegros para que el Estado pueda dar respuesta a los problemas de la sociedad.

En la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) en el marco de la Semana de la Investigación organizada por esa casa de estudios, se reunieron referentes de la gestión estatal para explicar la importancia de la investigación y contar los avances y desafíos de esta propuesta de profesionalización de la función pública.

Con la coordinación de Diego Pando, director de la Licenciatura en Políticas Públicas y Gobierno de UMET, la mesa de expositores se completó con Eduardo Salas, ex director del Instituto Nacional de la Administración Pública y de la Oficina Nacional de Empleo Público; Verónica Llambrich, ex directora nacional de Calidad Turística; Horacio Cao, quien fue secretario de Gestión Pública en Santiago del Estero, San Juan y Tierra del Fuego; Alberto Bonifacio que fue director del Sistema Nacional de Capacitación y Guillermo Schweinheim quien también es director del Centro de Investigación y Capacitación en Control y Auditoría Gubernamental La Piedad de APOC

Bonifacio explicó que la profesionalización del funcionario público tiene como beneficio el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, el control de la corrupción, el aumento de la confianza en el gobierno, la mejora en la entrega de los servicios y una ejecución presupuestaria y de gasto de inversión más eficiente. “Hay pruebas suficientes del impacto que provoca este tipo de transformación en la capacidad de actuación una administración en beneficio de los ciudadanos” completó.

En ese marco, Consenso apunta no solo al personal del Estado nacional sino también a quienes desarrollan tareas en las administraciones provinciales, municipales y comunales tanto en el poder Ejecutivo como en el Legislativo y el Judicial.

Por su parte, Eduardo Salas subrayó que “no son ideas de una organización ni de un partido, Consenso surgió como una preocupación de muchos” y agregó que “es un tema que debería incumbirnos a la ciudadanía en general porque un Estado que no funciona le complica la vida a cualquier gestión”.

Salas fue el encargado de explicar brevemente los siete puntos del programa y de repasar la multiplicidad de adhesiones que, hasta ahora, tiene el documento.

“Para mí expresa que no estamos conformes con la articulación de lo político y lo administrativo, que hay una necesidad de completar la idea de burocratización y que, claramente, el camino no son los modelos gerenciales” manifestó Horacio Cao, quien hizo hincapié en la importancia de que cada uno se apropie del Consenso.

Del mismo modo, Verónica Llambrich basó su intervención en el fortalecimiento de la iniciativa a través de la educación y expresó que “habría que repensar las capacidades estatales en función al Estado que queremos lograr. Hay que preguntarse si nos estamos formando y educando para eso”.

Llambrich destacó que “el Estado no es solamente una cuestión de administración, es algo más estratégico” y que “la capacitación necesita un plan de país consensuado, planificado, con políticas sustentables en el tiempo. En esa línea, y por el carácter federal de la Argentina, subrayó la necesidad de actuar en redes.

Sobre el final, Schweinheim explicó que hay cuatro momentos para los expertos en la administración pública: doctrinario, de acción, de investigación y de enseñanza. “En este punto necesitamos de las cuatros cosas, persuadir sobre la importancia de la existencia de una burocracia de mérito en la Argentina. Para ello precisamos no solo defender ideas sino demostrarlas con datos, por lo que resulta relevante hacer investigaciones sistemáticas. Cuando nos toque actuar no va a ser fácil porque hay que cambiar la cultura política por un criterio de selección por competencia. Y concluyó: "Defender estos principios nos puede costar el puesto”.