Publicado: 05-05-2014

Un grupo de legisladores de la oposición y ONG exigen transparencia

Los legisladores de la oposición Carla Carrizo, Pablo Javkin, Laura Alonso, Adrián Pérez, Laura Montero, Martín Lousteau y Manuel Garrido. 

Algo inédito sucedió en el Congreso: un grupo de legisladores, por ahora sólo de la oposición, decidió "formar equipo" para intentar romper por primera vez el corporativismo entre oficialistas y opositores que reina en ambas cámaras. Esa suerte de acuerdo que, desde hace años, impide la difusión de información parlamentaria básica (dietas de legisladores, nombramientos de personal, viajes, declaraciones juradas), que se oculta en el más oscuro hermetismo.

Toda una paradoja: legisladores que reclaman transparencia en su propio lugar de trabajo, el Congreso , un ámbito que debería ser ejemplo público, ya que es el órgano de control de los demás poderes del Estado. Eso es lo que entienden, al menos, los diputados Laura Alonso (Pro), Manuel Garrido (UCR), Carla Carrizo y Martín Lousteau (Sumá + UNEN), Adrián Pérez (Frente Renovador), Pablo Javkin (Coalición Cívica-UNEN) y la senadora Laura Montero (UCR). Todos ellos tuvieron su primera reunión el miércoles pasado junto a una red de ONG.

Entre las ONG que se reunieron con los legisladores de la oposición están la Fundación Directorio Legislativo, Asociación por los Derechos Civiles (ADC), Cippec, Poder Ciudadano y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Con todas ellas pretenden dar batalla por la transparencia en el Congreso.

Buena parte de ellos son legisladores recién llegados. Otros no lo son, pero, al igual que los más novatos, aún se sorprenden con ciertas cosas. Por ejemplo, que las declaraciones juradas de diputados y senadores sean un misterio: es imposible para el ciudadano común y corriente efectuar un seguimiento patrimonial del legislador que votó.

Con la nueva ley, incluida en la reforma judicial que impulsó el Gobierno el año pasado, se limitó el acceso a las declaraciones patrimoniales y la información allí contenida es más limitada.

Rastrear los viajes, sea al interior o al exterior, es tarea digna de un experimentado sabueso: en el Senado, para llegar a las resoluciones respectivas hay que atravesar por un verdadero laberinto en la Web, mientras que en la Cámara de Diputados la información es por demás mezquina, ya que no se informan los gastos de pasajes ni los viáticos respectivos cuando se trata de viajes al exterior.

A los legisladores se les otorgan tramos terrestres y aéreos para que puedan trasladarse desde y hacia la Capital. Sin embargo, esos tramos pueden canjearse por dinero en efectivo. No se conoce por cuánto ni quiénes canjean sus pasajes, ni qué destinos domésticos realizan los legisladores. En cuanto a los viajes al exterior, en la Cámara de Diputados no se publican los costos ni tampoco los viáticos.

El nombramiento del personal legislativo constituye un capítulo aparte. En la Cámara de Diputados, sólo se pública la nómina de los empleados permanentes, aunque no a qué categoría pertenecen ni dónde trabajan. Los trabajadores temporarios y los contratados forman parte de un agujero negro que oficialismo y oposición se resisten a revelar. Nadie lo dice en voz alta, pero la designación de personal forma parte del toma y daca entre los bloques políticos y, también, el gremio legislativo, que se reparten contratos en función de "favores" mutuos que se realicen.

Es así como el Congreso se convirtió en un auténtico "agujero negro" que ni siquiera la Auditoría General de la Nación (AGN) alguna vez controló. Esto explica por qué desde hace años el Parlamento argentino ha figurado sistemáticamente en el último lugar en los recientes rankings de transparencia parlamentaria a nivel internacional.

"ROMPER EL SECRETISMO"

De todo esto hablaron los legisladores que impulsan la transparencia en diálogo con LA NACION:

Alonso: -Hay que romper el secretismo propio de esta institución, que se ha hecho corporativa. Hay viajes al exterior de los que no sabemos nada, tampoco cuánto se está gastando en el plan de remodelación del Congreso ni de los nombramientos de personal, que se acumulan como capas geológicas año tras año. Nunca he visto tantas caras nuevas como ahora en el Congreso.

-¿Quién los nombró? ¿Por qué? ¿Cuánto cobran?

Pérez: -Por eso, Laura, tenemos que dar aquí, en el Congreso, un ejemplo de transparencia sobre la ejecución de los gastos, para ir luego más allá, hacia los demás estamentos del Estado. El Congreso debe ser el puntapié inicial para luego impulsar una mejora en los demás organismos de control del país.

Lousteau: -Cuando llegué como diputado, me encontré con cosas que realmente me causaron estupor. La calidad institucional es mala y es cierto que hay que romper con el corporativismo, pero nuestro mayor desafío es interesar al ciudadano común sobre este problema. Sin la presión ciudadana, nuestra tarea será más difícil. Y si seguimos con esta calidad de representación, que es pésima, pronto nos van a interrogar por el costo de la política.

Garrido: -Por eso es fundamental planear una estrategia eficaz para llevar adelante una agenda de trabajo. Aunque difícilmente el oficialismo quiera involucrarse.

Alonso: -[Interrumpe] No te olvides, Manuel, que [el presidente de la Cámara de Diputados] Julián Domínguez quiere ser gobernador bonaerense o presidente. Es difícil que si toda esta falta de transparencia se hace pública le sume puntos.

Montero: -En el Senado, las cosas no son mejores. [Amado] Boudou mantiene ocultas las declaraciones juradas, y las pensiones graciables que otorgábamos los legisladores se eliminaron. Era un sistema transparente y, además, dispuesto por ley, pero Boudou y Domínguez las sacaron y no sabemos qué pasa con ese dinero.

Javkin: -Es evidente que tenemos una cultura mala en materia de transparencia; los funcionarios públicos no entienden que la información pública no es un bien propio, sino de toda la ciudadanía.

Carrizo: -Es así. Hay que interesar a la ciudadanía sobre el valor del Congreso, y de un Congreso transparente. Hasta 2003, en el Parlamento se debatía, venían los funcionarios a rendir cuentas, se respondían los pedidos de informes de los legisladores. Ahora nada de eso sucede. El Congreso no genera interés porque ya no genera poder. Esto es lo que debemos cambiar.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, realizó tibios avances en materia de transparencia legislativa. Al ser consultado por LA NACION dijo que dará mayores precisiones al respecto en los próximos días.

POR EL DERECHO A LA INFORMACIÓN

Adrián Pérez - Diputado frente renovador"Tenemos que dar aquí en el Congreso un ejemplo de transparencia sobre la ejecución de los gastos"

Martín Lousteau - Diputado unen"Nuestro desafío es interesar al ciudadano común sobre este problema. Sin eso, nuestra tarea será más difícil"

Laura Alonso - Diputada pro"Hay que romper el secretismo propio de esta institución de la Nación, que se ha hecho más y más corporativa".