El Museo Thyssen de Madrid inauguró en 2019 una magna exposición con 66 cuadros y 150 fotografías que muestra la extrema importancia de la invención de la estas últimas y su increíble influencia en las corrientes pictóricas en la segunda mitad del siglo XIX.

Fue evidente la afinidad y los sentimientos entre los artistas de una y otra forma de expresión artística. Porque sin duda la foto puede llegar a ser un reflejo de grandes dimensiones y de emocionante sensibilidad.

El puente fue explícito y el centro de ese cruce fue París, el epicentro de la cultura y la innovación en aquellos años, que luego debió competir por ese lugar con con Berlín y Viena, la capital del Imperio austrohúngaro.

Entre 1850 y 1860 aparecieron los daguerrotipos y otras múltiples técnicas de impresión fotográfica con un gran poder documental. Los primeros profesionales en la materia tenían formación artística y fueron quienes descubrieron su capacidad testimonial mientras se consolidaba la revolución industrial, tecnológica y científica.

Entre los más destacados figuran Gustave Cuvelier, Henri Le Gray, Olympe Aguado y Charles Marville. Sin embargo, el más destacado fue Félix Nadar, quien nos hace sentir cerca de las imágenes casi vivas de Víctor Hugo, Berlioz y Baudelaire y de actrices como la bella Sarah Bernhardt además de afamados actores, diputados, industriales y artistas. Un sólo libro editado hace años recoge los trabajos de Nadar, sus obras recuperadas y de colección.

La escuela de pintura impresionista que adoraba la luz y sus reflejos, los colores abundantes, la naturaleza y sus manifestaciones, los rostros y las actividades de los humanos, los movimientos callejeros y teatrales, las manifestaciones que llenaban teatros para ver ballet, obras de ópera, aprenderán de los primeros fotógrafos.

En la lista de los interesados por este tipo de imagen figurarán Édouard Manet, Edgar Degas, Camille Pissarro, Paúl Cézanne, Alfred Sisley, Claude Monet, Pierre-Auguste Renor y Berthe Morisot (casada con el hermano de Manet).

Los pintores que integran el grupo de los impresionistas tomarán en cuenta el encuadre, la composición, los efectos de la luz, la iluminación lateral y otras maravillas. Ellos no renuncian a las ventajas y novedades que les ofrece la fotografía que explora las intimidades y los exteriores.

El movimiento del agua y el reflejo de los árboles en su superficie son otros temas que vinculan a los artistas plásticos con los fotógrafos. Monet es uno de los primeros en realizar una ola marina en primer plano. Fue en 1881 y lo hizo luego de contemplar fotografías.

Después del tiempo del daguerrotipo, el retrato fue lo que más se impuso. Se extendió la moda de las cartes de visite (tarjetas de visita) que posibilitaban conseguir ocho imágenes en diferentes posturas, como se puede ver en los trabajos de Nadar. Él supo inmortalizar como nadie a la intelectualidad como a la bohemia de su tiempo residente en París.

Se sabe que Degas logró instantáneas en 1895 con una de las primeras máquinas marca Kodak, en las que aparecen sus amigos en poses pictóricas. Ingres y Delacroix, en un paso paralelo al de los impresionistas, también participaron del "puente" entre los dos artes.

Sacaron fotos de desnudos que los críticos tacharon de indecentes. Por los mismos motivos cuestionaron a Manet, en relación a la mujer en su trabajo "Desayuno sobre la hierba" y otro impactante para su tiempo en el cuadro "Olympia"".