“Es la primera vez, de cuatro veces que me tocó discutirla, que voté en contra de la planificación. Hubo proyectos grandes que no fueron contemplados, como Paseo del Bajo -la obra más grande en los últimos 50 años-, subte o la tan publicitada Secundaria del Futuro”. Además, sostuvo, que que “los proyectos que se eligen son cada vez más chicos y con más dificultades para acceder a la información”.

Coletta enumeró las razones por las que considera clave auditar el servicio de subte este año: “Los pedidos de base para auditar fueron línea E, línea C, tarifa técnica y la licitación. Pero después de eso, pedimos otras opciones más acotadas. Es clave este año porque se renueva la concesión y fue uno de los años con más reclamos de los usuarios, pero no hubo caso”. Además, sostuvo: “Nuestros informes, año tras año, detectaron irregularidades, falta de mantenimiento y problemas de accesibilidad en casi todas las líneas. Y fue uno de nuestros trabajos el que detectó la desprolijidad en la compra de los vagones que se terminaron desechando por tener asbesto”. Otro de los problemas, según Coletta, es que el Ejecutivo difícilmente toma nota de las advertencias del organismo de control.

“No hay ningún motivo, no hay argumentos para dejar afuera del control ciertos proyectos de mucho presupuesto. En la Auditoría se perdió mucho el nivel en la discusión técnica y eso tiene que ver con las mayorías. Por primera vez pasa que, de siete auditores, cuatro son del oficialismo. Eso disminuye la vara en cuanto a la discusión técnica de lo que auditamos y habilita a no argumentar un montón de cosas”, amplió la auditora.

Además, pidió mayor accesibilidad a la información: “Tenemos problemas de acceso a la información. Las respuestasa los pedidos de datos a la Ciudad llegan muy tarde o no llegan. Hay una resistencia a dejarse controlar. Demoran mucho la información, piden prórrogas, no las mandan. Hay una debilidad constante que se va empeorando. La Ciudad está blindada para ser controlada”.

El Paseo del Bajo fue otro de los puntos que la auditora desarrolló. “Es un informe enorme con un montón de aristas. Si bien pudimos auditar la etapa de licitaciones y adjudicaciones, no se incluyó ahora la ejecución de la obra, que es lo que va a indicar el monto final de los trabajos. Y me parece todavía más importante después de que el primer informe detectó irregularidades en los procesos de licitaciones y adjudicaciones de los tres tramos (A, B y C) en que se divide la obra y en casi todas las obras complementarias”. Y puntualizó: “Partimos de la base de que en los argumentos mencionaban al código civil anterior, que ya no existe. Además, sucedió que de los tres tramos el más caro fue el C, después el B y después el A, y las empresas no podían ser las mismas en tramos distintos. Los sobres de las licitación sería en ese orden para que la mejor oferta pudiera adjudicarse en ese tramo más caro. A último momento, se resuelve cambiar el orden de apertura y abrir primero el tramo A. Es una cosa totalmente extraña, que no se justificó: hay actas que faltan, sobres que se abrieron en lugares que no eran los indicados, con personas que no eran parte de la comisión evaluadora. Son todas irregularidades en el procedimiento que no se pueden explicar”.

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