Hay problemas para escriturar los Conjuntos Habitacionales del IVC
Sobre 35 relevados, solo hay dos con regularización dominial. Esta situación dificulta su mantenimiento a través de los consorcios. Son muchos los que presentan problemas edilicios estructurales. El caso emblemático es el de Colonia Sola.
El sueño de la casa propia muchas veces se ve imposibilitado por cuestiones económicas. También existen casos de gente que logró acceder a una propiedad en un Conjunto Habitacional, dependiente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), pero no consigue la escritura de la misma con sus correspondientes consecuencias.
Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), que evaluó 35 Conjuntos, existen “problemas de regularización dominial”. Sobre el total, solo dos (J. J. Castro y Nágera) están escriturados al 100%; tres no fueron escriturados por “problemas de dominio de la tierra (San Francisco y Padre Mugica) y de registración catastral, mensura y división parcelaria (Barrio Carrillo); y 21 tienen más del 80% de sus unidades escrituradas.
La AGCBA aclara que “el estado general de los Conjuntos relevados es variado, siendo mayoritariamente regular”. Aunque da cuenta del deterioro en algunos, y aclara: “Presentan una situación de irregularidad dominial que imposibilita cualquier tipo de regularización y, por ende, del mantenimiento de los mismos a través de los consorcios”.
¿Hay relación entre el dinero asignado y el estado de los Conjuntos Habitacionales? Pareciera que no. “El barrio Colonia Sola requiere reparación urgente y en el año 2015 el presupuesto asignado fue bajo y no se ejecutó”, destaca el informe.
Allí, identificaron problemas “en la estructura, fachadas, carpinterías, techos, sanitarios, cielorrasos, escaleras y maderas, entre otros”. Los ejemplos puntuales son los balcones y las galerías que están apuntalados por barras de hierros cementadas.
En 2015 sólo se asignaron $ 1.850.000 para la reparación de Colonia Sola.
Además, observaron “pisos fisurados y agrietados hasta con aberturas en galerías, baños comunes abarrotados y/o clausurados por filtraciones, así como desprendimiento de revoque y humedad en mampostería todas descascaradas”. Frente a eso encontraron “soluciones individuales” ejecutadas por los vecinos.
En 2015, el presupuesto asignado de $1.850.000, no fue ejecutado y en el año 2016 sobre un presupuesto de $ 340.080,00, se ejecutaron $ 285.040. “Para todos los aspectos evaluados el Conjunto requiere reparación urgente”, indica el informe.
Algunos como Zavaleta, Villa 3, Villa 6 Cildañez, Castex 1 y 2, y Justo Suárez, entre otros, “con necesidad de mantenimiento correctivo, no recibieron recursos, salvo saneamiento ambiental por cooperativas”.
En Justo Suárez, los auditores dieron cuenta de “la deficiente ejecución del hormigón estructural a la vista”. Esta situación origina, en algunos casos, una extendida corrosión de las armaduras “con serios compromisos estructurales, que pueden significar un riesgo para sus ocupantes”.
Como si quedaran dudas, los auditores señalan que “las obras ejecutadas a diversos Conjuntos no se comparecen con el nivel de reparación requerida”.
Cabe destacar que el relevamiento realizado fue desde el exterior y no se accedió a las unidades funcionales de cada uno de los Conjuntos.
El organismo de control considera “baja” la calidad de la información, al menos suministrada a la AGCBA, “tanto como la indefinición de un diagnóstico que permita orientar los recursos en función de prioridades concretas relacionadas con los subsistemas evaluados del espacio construido, la seguridad contra incendio, evacuaciones e infraestructura y el espacio público”.