Trabajar en verano
Publicado: 14-02-10
Dr. HUGO B. QUINTANA, PRESIDENTE FUNDACIÓN EFORO
Una de las señales que permiten detectar cuál es la situación económica de un país pasa por ver sus fndices laborales.
Si la desocupación avanza, más allá de lo que puedan decir otras cifras, es síntoma de que la economía es disfuncional.
Recordemos la década del 90, donde la mayoría de los indicadores parecían llevarnos viento en popa, pero simultáneamente,-Jas cifras del desempleo crecían. Todo el maquillaje numérico se derritió en la crisis del 2001.
Puede ocurrir que la desocupación no aumente, pero que se incremente el trabajo precario, informal o en negro. Estas son otras advertencias de que la economía pasa por cimbronazos.
Un tercer índice relacionado con - lo laboral es la situación salarial de los trabajadores. Los sueldos, de alguna manera, evidencian cómo se distribuye el ingreso, qué recursos se generan y quiénes se los van quedando.
El verano contribuye al empleo informal ya que los empresarios en las ciudades turísticas requieren, por la demanda lógica, mano de obra temporaria. Toman recursos humanos pensando en aprovechar el presente y se desentienden de la estabilidad de los que contratan.
En general, varios de estos empleados son jóvenes que, en virtud de los recesos educativos, se incorporan al trabajo y no exigen demasiadas certezas.
Este verano, ha sido señalado por todos los medios, marcó un repunte de movilizaciones hacia los centros turísticos como hace tiempo no sucedía. Cuando llegan las vacaciones masivas, y se pueblan las playas, los lagos y las sierras, no falta quien se pregunte ¿dónde está la crisis?
El año laboral, para muchos, comenzó el primero de enero. Para tantos otros empezará luego de un merecido descanso y, para varios más, es una incertidumbre. Que el calor estival no nos provoque espejismos que nos lleven a conclusiones erróneas.