La cantidad de personas que viven con demencia está creciendo en el país y en el mundo. Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) fueron diagnosticadas con algún trastorno de deterioro cerebral. Sin embargo, solo una cuarta parte de los países cuenta con políticas, estrategias o planes que apoyen a los pacientes y a sus familias. 

La demencia puede ser causada por diversas patologías o lesiones cerebrales como la enfermedad de Alzheimer o apoplejía. Son afecciones que afectan la memoria y otras funciones cognitivas que alteran el desarrollo de tareas cotidianas.

El Alzheimer es la quinta causa principal de muerte en Argentina.

“Las mentales son las enfermedades del Siglo XXI y no hay políticas ni estrategias serias de abordaje. No solo afectan a quienes son diagnosticados con demencia, sino también a los cuidadores o cuidadoras que no encuentran contención”, explicó a ElAuditor.info el gerontólogo Eugenio Semino, defensor de la tercera edad.

En Argentina, se estima que uno de cada ocho adultos mayores fue diagnosticado con algún tipo de demencia. La mayoría está vinculada a la enfermedad de Alzheimer que es la quinta causa principal de muerte en adultos mayores en el país. Hasta ahora no existen tratamientos que ayuden a desacelerar o detener el daño cerebral. Lo que sí hay son medicamentos que pueden temporalmente mejorar los síntomas y sistemas de apoyo o terapias conductuales no farmacológicas.

“La enfermedad lo que hace es ir borrando recuerdos y, si bien es progresiva, hay terapias de estimulación para una mejor calidad de vida y con una medicación adecuada. Lo que sucede en muchos casos es que se diagnostica y no se realiza el seguimiento personalizado que se requiere para este tipo de casos”, indicó Semino.

El tratamiento de un paciente implica la coordinación de cuidados entre profesionales de atención médica, la participación en actividades lúdicas, el sostenimiento de vínculos sociales, terapias conductuales y la estimulación multisensorial. 

"Estimular lo cognitivo es fundamental. A los pacientes que son atendidos por PAMI o en hospitales públicos el profesional de cabecera, generalmente un neurólogo o gerontólogo, indica un tratamiento interdisciplinario con psicólogos, terapistas, enfermeros. La familia también puede pedir una internación domiciliaria y hasta ayuda económica. Además hay residencias de PAMI para personas que viven con demencia. Hay algunos recursos a disposición aunque son insuficientes", sostuvo Christian Acosta, enfermero en el Hospital de Agudos José María Ramos Mejía y en la Residencia Yerbal - PAMI. 

"No hubo políticas articuladas entre los subsistemas de salud para el tratamiento de pacientes con Alzheimer", afirmó el enfermero Christian Acosta.

El confinamiento generado por la llegada de la pandemia afectó fuertemente a quienes viven con Alzheimer. Son personas que presentan dificultades para entender medidas de cuidado y el aislamiento les genera un alto nivel de confusión porque necesitan de vínculos sociales para su estimulación.

"No hubo políticas articuladas entre los subsistemas de salud (el privado, el público y el de las obras sociales) para el tratamiento de pacientes. Además hubo servicios de geriatría en hospitales públicos que dejaron de atender porque estaban abocados a otras tareas vinculadas al COVID. Todo esto generó que muchos casos empeoren y no haya un seguimiento adecuado", indicó Acosta.

El enfermero sostuvo que por la pandemia muchas personas, sobre todo adultos mayores, dejaron de hacerse estudios y postergaron tratamientos. "Recién ahora están volviendo a examinarse. Fue un año y medio durísimo, que generó un fuerte impacto e hizo mucho daño", consideró y agregó que "es hora de empezar a trabajar seriamente en promoción y prevención de la salud, es ahí donde hay que invertir".  

Contención para cuidadores y cuidadoras

Cuidar a alguien que vive con Alzheimer u otras demencias no es una tarea sencilla. ALMA es la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y Alteraciones semejantes de la República Argentina. Surgió en 1989 cuando un grupo de acompañantes de personas con la enfermedad de Alzheimer comenzó a reunirse en busca de espacios de contención y acompañamiento. 

"Son necesarios diagnósticos tempranos, planes de salud, contención psicológica y ayudas financieras", señaló el defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino.

"ALMA como muchas otras organizaciones nacen de la necesidad de compartir experiencias y darse apoyo. Una persona vive muchos años con Alzheimer. El cuidador o la cuidadora altera toda su vida. No hay todavía en el país centros de día o acompañantes para personas con demencia, salvo que sean privados. Y hasta ocurre con residencias geriátricas que tampoco hacen un seguimiento personalizado de la persona como corresponde. Faltan controles y políticas que traten el tema en toda su complejidad. Son necesarios diagnósticos tempranos, planes de salud, contención psicológica y ayudas financieras", señaló Semino. 

Una falla mundial

En 2019, se destinaron US$1,3 billones para tratamientos e investigaciones vinculadas a la demencia. Se prevé que el costo aumente a US$1,7 billones para 2030 o a US$2,8 billones si se tiene en cuenta el incremento de los costos de la atención.

"Los gobiernos acordaron metas claras para mejorar la atención. Pero las metas por sí solas no son suficientes", indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.

"El mundo le está fallando a las personas con demencia y eso nos perjudica a todos. Hace cuatro años, los gobiernos acordaron una serie de metas claras para mejorar la atención de la demencia. Pero las metas por sí solas no son suficientes. Necesitamos una acción concertada para garantizar que puedan vivir con el apoyo y la dignidad que merecen", sostuvo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.  

Sobre la atención que requieren personas que viven con demencia, en el informe destacado la implementación de atención primaria de la salud, atención especializada, servicios comunitarios, rehabilitación, cuidados de larga duración y cuidados paliativos. Para sus cuidadores, acompañamiento psicológico, capacitaciones y recursos económicos.

De acuerdo al Observatorio Mundial de la Demencia, el nivel de prestación es mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos y medios. La medicación para la demencia, los productos de higiene, las tecnologías de asistencia y las adaptaciones domésticas también son más accesibles en los países de ingresos altos, con un mayor nivel de reembolso, que en los países de ingresos bajos.