En El Calafate, Santa Cruz, un incidente vial provocó la muerte de un remisero que fue impactado por una camioneta Amarok. Su conductor registraba el doble del dosaje en sangre permitido.

En Maipú, Mendoza, un nene de 7 años falleció luego de que el auto en el que viajaba perdiera el control intentando esquivar a un camión y chocara contra un poste. El camionero tenía 1,27 gramos de alcohol en sangre, casi el triple de lo tolerado.

Un joven que manejaba su vehículo a la altura de la ruta 21, en Pueblo Esther, Santa Fe, presentó niveles tan altos de alcohol en sangre que superó el máximo que alcanza a medir el alcoholímetro, en un control de rutina.

Estos hechos, sumados a tantos otros, reavivan el debate sobre una ley nacional de Alcohol Cero. Sobre este tema, ElAuditor.info habló con Pablo Martínez Carignano, director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

- Desde la Agencia apoyaron la iniciativa de Rosario de aprobar el Alcohol Cero ¿Qué balance hacés?

Dimos un apoyo desde la ANSV porque compartimos objetivos que se propusieron en la ciudad de Rosario. Es importante. Queremos que pase lo mismo a nivel nacional. La sociedad debatió a través del Concejo Deliberante y de representantes de todos los partidos políticos y llegaron a la conclusión que es una medida de seguridad vial muy relacionada con la salud pública, que es lo que yo considero, y así la aprobaron.

Es fundamental que algo nodal a la sociedad, que tiene que ver con cómo nos vamos a mover en el espacio público, sea resuelto a un nivel de debate en los parlamentos

Están trabajando en el control. Hablamos mucho con la gente del intendente Pablo Javkin y, desde que entró en vigencia, la cantidad de ceros que se detectan es más que antes, la gente se cuida más. Los resultados se miden pasado un tiempo razonable, pero es auspicioso.

- ¿Por qué es tan importante esto?

Es fundamental que algo nodal a la sociedad, que tiene que ver con cómo nos vamos a mover en el espacio público, sea resuelto a un nivel de debate en los parlamentos. No puede quedar una cuestión así librada a la opinión o voluntad de un funcionario público, que siempre es un personaje eventual, efímero, ni tampoco a un supuesto especialista.

- ¿Qué obstáculos hay para que se sancione una ley a nivel nacional en el mismo sentido?

Creo que no hay obstáculos. Confiamos en que, pasado el periodo electoral, pueda tratarse en el Congreso. Desde hace 25 años, existe el alcohol cero para conductores profesionales. Para los particulares, ya hay siete provincias que lo aplican y un montón de ciudades como Rosario, Mar del Plata, Tigre y General Rodríguez, entre otras.

Lo que algunos plantean es qué pasa con aquellos que salieron, cenaron con su pareja, tomaron una copa de vino y se exponen a que les saquen el auto. Son los casos en que da entre 0,1 y 0,5 gramos de alcohol en sangre que hoy está tolerado. Vamos a proponer que las sanciones sean graduales y que, por supuesto, en una etapa inicial de graduaciones bajas se piense en la concientización y cursos, pero no equiparar a la pena por una graduación superior. Si bien eso es resorte de cada jurisdicción, junto con la ley de Alcohol Cero, vamos a invitar a todas las provincias que adhieran a que en el primer escalón sea totalmente gradual y se busque reflexión y concientización, no ir directamente a la punición.

- ¿Hace falta un abordaje cultural de la cuestión?

Las distracciones son principales factores de riesgo. El alcohol es, inequívocamente, visto como algo que afecta la aptitud para conducir. Que la persona que conduce no haya tomado se puede lograr. Mirando demasiado lejos, Uruguay  y Paraguay, desde que aplicaron alcohol cero tienen números mejores.  La ley debe ser implementada como corresponde, con controles y campañas, haciendo entender que en uno de cada cuatro siniestros viales, el alcohol está presente.

- ¿Cuál es el mensaje a quienes cuestionan el margen de error del alcoholímetro?

Si fuera por eso, querría decir que hace 25 años les mentimos a los conductores profesionales. El alcohol cero existe desde hace 25 años. El margen de error que indica el INTI es de 0,014. Es algo así como un test de ADN. Lo único que no ofrece dudas es la muerte.