El 22 de abril comenzó un ciclo de seminarios web organizados por la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS) junto con la Contraloría General de la República de Chile con el objetivo de crear un espacio de diálogo para ayudar a funcionarios y trabajadores de organismos de control y fiscalización a enfrentar el aislamiento. Todos los miércoles, hasta julio, especialistas desarrollarán diferentes temas a partir de sus experiencias.

Algunos de los temas que se trataran en los webinarios son teletrabajo, salud mental, buenas prácticas de control externo en tiempos de coronavirus y respuesta internacional e impacto de la pandemia en la Agenda 2030. Las sesiones se publican semanalmente en la página y en las redes sociales de la OLACEFS.

Las oportunidades y amenazas que plantea el teletrabajo

La primera edición fue sobre “Teletrabajo y Salud Mental”. En el segundo, que giró en torno al “Teletrabajo y la Comunicación Efectiva”, Cristián Salazar, experto en el tema e ingeniero civil en Informática de la Universidad de Bío Bío (Chile), compartió consejos para llevar adelante de la mejor manera esta nueva forma de de desarrollar las tareas laborales a distancia.

“En este marco de emergencia sanitaria el trabajo remoto se convirtió en un gran aliado, que permitió a las personas proteger su salud y mantener sus empleos. No estábamos preparados para ello. Por lo que es urgente una reorganización cultural", explicó Salazar.

Para el especialista, la modalidad tiene sus pro y sus contras. Es una oportunidad de incluir a personas con discapacidad, sirve para desarrollar nuevas capacidades, obtener nuevas habilidades, ser más productivos, realizar las tareas en menos tiempo. También representa una nueva forma de vincularse laboralmente que se lleva mejor con algunas personalidades más solitarias. Reduce la necesidad de movilizarse, optimiza los recursos, refuerza los compromisos.

Pero, "mal administrado puede ser un arma de doble filo. Si no está bien planificado y definido podría provocar efectos negativos en la salud de las personas", alertó el experto. Con esta nueva forma de trabajo aparecieron diferentes conflictos relacionados al mundo laboral, a la situación familiar, la salud de los trabajadores y problemas con las nuevas herramientas.

Tecnologías nuevas, miedo a perder el empleo por no saber adaptarse, constantes cambios en los programas, fatiga, agotamiento por las interrupciones, sobrecarga de información que roba tiempo. "Así es como el aparece el tecnoestrés provocado por este nuevo panorama junto con la falta de capacitación, soporte, políticas claras, comunicación y contratos de trabajos adecuados al momento", mencionó el especialista.

No estábamos preparados para teletrabajar tan rápido, tengamos paciencia y aprendamos de nuestros errores", aconsejó Salazar.

Los efectos negativos en la salud pueden ser bruxismo, cambios en los estados de ánimo, baja concentración, menos melatonina, insomnios, calambres, aumento de peso, dolor en las articulaciones y otras consecuencias que debemos atender. "Todo esto aumenta las ganas de querer dejar de teletrabajar. La creencia de ineficacia tiene repercusiones muy negativas cuando no hay un buen apoyo psicosocial y una baja autoeficiencia de las personas", remarcó Salazar. 

¿Cómo lo resolvemos?

Mejorar el ancho de banda, brindar soporte tecnológico, autonomía, capacitaciones y motivación son fundamentales según el especialista: “No le tengamos miedo a la obsolescencia, todos de alguna manera nos vamos quedando atrás con la tecnología. Este es el momento de adquirir nuevos conocimientos, porque el teletrabajo llegó para quedarse". 

En esa línea, el ingeniero explicó que es necesaria la organización y definir con qué herramientas se va a trabajar; medir cuánto tiempo lleva realizar las tareas; ser empáticos con quienes van más lento; trabajar en la actitud de las personas y en la autoeficiencia tecnológica.

Para el especialista es importante que las autoridades y líderes sepan “gestionar el tecnoestrés". "Hay que ayudar a formar actitudes positivas para poder desarrollar experiencias placenteras. Con una buena planificación, información disponible, empatía, autonomía y confianza. Estimulen el liderazgo compartido, en vez de dirigir y controlar. Hay que comenzar a ser facilitadores para el cumplimiento de los objetivos. No estábamos preparados para teletrabajar tan rápido, tengamos paciencia y aprendamos de nuestros errores", aconsejó Salazar.

¿Cómo hacer home office de manera saludable?

Algunos de los tips de Salazar fueron: generar una rutina de trabajo y cumplirla, comentarla con los compañeros y dividir la jornada en dos períodos según nuestros tiempos y necesidades. "Permitamos que cada uno trabaje a sus propio ritmo. Las pausas activas son primordiales. Respetemos el horario de almuerzo. No trabajamos más de ocho horas, porque home office no significa hacerlo 24 horas, sino realizarlo a nuestro propio ritmo respetando la política de la organización, cumpliendo las metas y objetivos", aseveró.

Cuando la jornada termina es necesario desconectar, disfrutar de la familia, hacer ejercicio, hablar con amigos y familiares para mantener el equilibrio. Organizar nuestros espacios, no dejar mensajes sin contestar y hacerlo de manera corta. No trabajar desde la cama, tratar de automatizar tareas, diferenciar las herramientas de trabajo y las de recreación. Para adultos mayores se recomendó usar programas simples como Skype. 

Por último Salazar sugirió medir nuestros objetivos y metas diarias, festejar los resultados y no sobrecargarse. “No nos estemos controlando, recordemos que trabajamos con adultos comprometidos con sus trabajos. No hay necesidad de ajustarse a la jornada ordinaria de trabajo”.

“Nos estamos adaptando. Intentemos disfrutarlo. No nos desanimemos, porque estamos aprendiendo muchas cosas, la tecnología nos esta dando un nuevo aire y nuevas oportunidades de desarrollo. De nosotros va a depender que el teletrabajo sea considerado trabajo y no solo una respuesta ante las emergencias”, finalizó Salazar.