La Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un nuevo relevamiento sobre los problemas que trajo la pandemia en el mundo laboral. En esta oportunidad hicieron foco en el sector de la confección y en cómo impactó sobre las mujeres, quienes ya sufrían prácticas subyacentes como la discriminación y el acoso, la falta de representación, la disparidad de los salarios, así como la distribución desigual de las tareas de cuidado no remuneradas y de las responsabilidades familiares. 

La nota informativa Impacto de género del COVID-19 en el sector de la confección, explica que, por ejemplo, las importaciones realizadas por los principales países compradores a los exportadores en el sector de la confección en Asia disminuyeron un 70% en el primer semestre de 2020. “Esto causó un fuerte incremento de los despidos de los trabajadores ya que las fábricas que reanudaron sus actividades con frecuencia operan con una capacidad mano de obra reducida”, indica el documento.

Para tomar dimensión del problema, se estima que en 2019 la región de Asia y el Pacífico empleaba a 65 millones de trabajadores del sector de la confección, lo cual representaba 75% de todos los trabajadores de la confección a nivel mundial.

Según Joni Simpson, especialista principal de género en la Oficina Regional de la OIT, las mujeres representan aproximadamente 80% de la fuerza de trabajo del sector de la confección, por lo tanto ellas se ven afectadas de manera desproporcionada por las numerosas consecuencias de la pandemia. Sin embargo, "también sufren otros efectos debido a los desafíos que tienen que enfrentar en el lugar de trabajo, así como las expectativas en relación a sus obligaciones en el hogar”, sentenció.

En las recomendaciones del documento se presta especial atención a las prácticas de cierre y reducción de personal, así como a las obligaciones desproporcionadas de cuidado no remunerado de las mujeres, de manera que puedan regresar al trabajo una vez que las fábricas reanuden sus actividades. 

“Los esfuerzos para hacer frente a la pandemia deben tener en cuenta la manera específica en que las mujeres y los hombres sufren las repercusiones del coronavirus en el trabajo, en el hogar y en sus comunidades”, remarca la OIT. 

Además, se destaca la importancia de intensificar los esfuerzos para luchar contra la violencia y el acoso en el lugar de trabajo, en vista de los nuevos datos que muestran que aumentó el riesgo de la violencia de género. “La necesidad de asegurar la voz, la representación y el liderazgo de las mujeres en el diálogo y la toma de decisiones también es considerada esencial a fin de garantizar una recuperación plena y equitativa de la pandemia”, concluye el informe.