Una herramienta permite medir el funcionamiento de los organismos de control
Independencia, transparencia, rendición de cuentas, participación social y fortalecimiento son algunas de las dimensiones que analiza el Índice de Calidad de Ambiente Institucional. Ya fue aplicado en instituciones con resultados positivos.
El Índice de Calidad del Ambiente Institucional (ICAI) es una herramienta concebida para dar cuenta del estado de situación de los organismos de control externo. Permite evaluar, medir y valorar la calidad institucional a través de un método de fácil acceso para los propios organismos. La Auditoria General de la Ciudad de Buenos Aires fue de las primeras en aplicarlo y, gracias a la medición, pudo registrar mejoras en lo referente a transparencia y participación social en los últimos años.
Los organismos de control son claves en el sistema institucional de rendición de cuentas. Tienen la finalidad de fiscalizar y comprobar el cumplimiento normativo y los estados contables de la administración. La manera de poder cumplir estos objetivos es identificando sus propias fortalezas y debilidades para desarrollar estrategias que potencien su funcionamiento.
Nuria García Wolff es licenciada en Ciencias de la Comunicación, experta en Evaluación de Políticas Públicas y Supervisora en la AGCBA. El ICAI fue el tema de la tesis que presentó en noviembre de 2016 en marco de la Maestría en Auditoría Gubernamental de la Universidad de San Martín.
“El propósito fue generar una herramienta cuyos resultados brinden un diagnóstico que le permita a cada organización revisar las condiciones en las que se da su funcionamiento y así identificar fortalezas y debilidades para planificar estrategias de desarrollo”, señaló Wolff a ElAuditor.info.
El objetivo es que cada organización revise su funcionamiento y pueda plantearse nuevas estrategias de desarrollo.
¿Qué analiza y cómo funciona el ICAI?
La herramienta se compone de 94 indicadores que, traducidos a números y puntuaciones previamente establecidas, permiten medir el estado de situación de un organismo de control. Para el diseño de esas variables se tuvieron en cuenta normas y principios de organismos internacionales como, por ejemplo, la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI) y la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS).
Los indicadores forman parte de seis dimensiones: independencia, transparencia, rendición de cuentas, participación social, evaluabilidad y fortalecimiento institucional. “En cada dimensión, el organismo recibe una valoración que mide a la organización en un grado alto, medio o bajo de cumplimiento. La suma de los valores logrados por cada dimensión, a su vez, determina el valor del ICAI del organismo analizado en una escala de 0 a 100 puntos, que clasifica la calidad del ambiente institucional en una de las tres categorías definidas como baja calidad, media calidad o alta calidad”, indicó Wolff.
Organismos donde se realizó la medición
El Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires y la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires fueron los dos organismos donde se aplicó el índice de medición en 2016. “Ambos obtuvieron una calificación que los ubicó en un nivel intermedio en la calidad de su ambiente institucional con 63 puntos para el caso de la AGCBA y 54 el Tribunal”, detalló Wolff.
En el caso del Tribunal de Cuentas, los indicadores destacaron un buen trabajo en lo referente al fortalecimiento institucional y evaluabilidad; mientras que la Auditoría midió mejor en independencia, rendición de cuentas y participación social.
Durante el mes de mayo de este año, la AGCBA volvió a ser analizada mediante el ICAI. “El organismo tuvo una mejoría, pasó de 63 a 66,5 puntos, y de una calificación intermedia a una alta calidad en su ambiente institucional.
“De la nueva medición se advierte que la AGCBA ha mantenido sus fortalezas y ha tenido mejoras respecto a indicadores de las dimensiones Rendición de Cuentas y Participación Social”, explicó Wolff.
La auditora explicó que, al igual que la medición anterior, la mayor parte de los indicadores en déficit de su calidad institucional requieren de la propia actuación de la AGCBA para ser revertidos y eso es una fortaleza del órgano rector del control externo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. "No depende de voluntades de otras instancias públicas sino que es dueña de su propio destino en lo que respecta a su calidad institucional”, concluyó.