Niñez: crece el consumo de alimentos y bebidas poco saludables
El 50% de los niños encuestados por Unicef reconoció haber comprado un producto con alto contenido graso o de azúcares porque lo vio en una publicidad. Advierten sobre el nivel de obesidad infantil y recomiendan el etiquetado frontal en los envases.
Unicef Argentina presentó una investigación sobre la exposición de niños, niñas y adolescentes (NNyA) al marketing digital de alimentos y bebidas, y la influencia negativa que ejercen estas empresas en los más jóvenes. Frente a esta situación, el organismo de las Naciones Unidas recomendó la implementación del etiquetado frontal de advertencias como una herramienta efectiva para informar sobre los productos que pueden dañar la salud y guiar las decisiones de compra.
El documento advirtió que en Argentina un 13,6% de los menores de cinco años tiene exceso de peso, y la cifra se extiende a 41,1% del total en la franja de 5 a 17 años. En América Latina, el 7,5% de la población (3,9 millones) de jóvenes de ese mismo rango de edad presenta sobrepeso u obesidad. El dato surgió de estudios realizados por la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Unicef y el Programa Mundial de Alimentos, que contabilizan más de cuatro millones de niños y niñas en esa situación en la región.
“La prevención de la obesidad en la infancia es crucial porque es la etapa en donde se construyen los hábitos que continúan en la edad adulta”, puntualizó la investigación de Unicef.
Según Unicef, el 13,6% de los niños argentinos menores de cinco años tiene exceso de peso.
El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales. Según un informe del Ministerio de Salud, la estimación del impacto económico de la obesidad en Argentina en 2019 alcanza entre $140 millones y $570 millones.
La influencia de las redes sociales
El estudio de Unicef se basó en entrevistas y encuestas a niños, jóvenes y padres de todas las provincias. Además, se analizaron discusiones en foros online y la comunicación de 18 marcas en Facebook, Instagram y YouTube. En esta línea, se observaron tres perfiles de influencers populares entre el público infantil y adolescente. “Uno de cada dos chicos y chicas en Argentina reconoció haber comprado un alimento poco saludable porque lo vio en una publicidad en los últimos 3 meses”, afirmó el texto.
Otro dato de la investigación se basó en el análisis de las publicaciones en las redes sociales de estas empresas. Se detectó que un 70% tienen que ver con productos nocivos para la salud. Unicef identificó estrategias de las empresas para mostrar los productos fuera de su envase y sus componentes, en el caso de galletitas y chocolates se presenta una tendencia hacia contenidos que promueven su utilización en recetas y combinaciones con otros productos similares. En esa sintonía, la figura de deportistas y cantantes de habla hispana fue utilizada por las distintas marcas.
Con respecto a la conectividad, el documentó destacó que el promedio de edad en que los niños y niñas adquieren su primer dispositivo con acceso a Internet en el país es a los 9 años. Además, detalló que 8 de cada 10 dicen ver publicidades con mucha frecuencia cuando navegan en sus redes sociales (81 % en YouTube, 48 % en Instagram, 47 % en Tik Tok).
En conclusión, Unicef plantea la necesidad de que “los adultos acompañen a los NNyA en el uso de redes sociales y plataformas, se familiaricen con las tecnologías e impongan límites y reglas firmes para la cantidad de tiempo y forma de uso”.
Ley de etiquetado frontal
En el Congreso ya hay una iniciativa que buscar remediar este problema. Se trata de un proyecto que establece la obligación de aplicar sellos de advertencia con forma octogonal y color negro a los alimentos elaborados con exceso de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio, denominados nutrientes críticos. Se la conoce como la ley de etiquetado frontal.
Sumando a esto, la propuesta busca generar una advertencia y, a la vez, cuidar a los más jóvenes y vulnerables de la población. La norma establece que un deportista o un personaje popular de dibujos animados no podrá figurar en publicidades de consumo positivo de estos productos, cuya ingesta excesiva se considera perjudicial para la salud.
El Senado le dio media sanción por 64 votos afirmativos y 3 negativos el 29 de octubre de 2020. Tras las reuniones informativas, el plenario de las comisiones de Legislación General, Salud y Defensa del Consumidor e Industria de la cámara baja aún no se volvió a reunir para avanzar con el trámite parlamentario. “El etiquetado frontal es una herramienta educativa en sí misma”, afirmó la organización internacional.
Un reciente sondeo realizado por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) indicó que los octógonos tienen el apoyo del 91% de los encuestados. El etiquetado con advertencias sanitarias es el instrumento más efectivo para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra. Además, no prohíbe a los consumidores comprar los productos, sólo los ayuda a tomar una decisión fundamentada.
Argentina busca, mediante la ley, unirse a Chile, México, Perú y Uruguay que ya cuenta con el etiquetado octogonal frontal. Chile redujo un 25% el consumo de bebidas azucaradas tres años después de aplicarse. Por su parte, en México, principal consumidor de gaseosas del mundo, la norma comenzó a regir en octubre de 2020 e investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) proyectaron una reducción diaria del consumo de calorías que podría evitar 1,3 millones de casos de obesidad en los próximos cinco años.
Para finalizar, el segundo país de la región en implementar la ley fue Perú, en junio de 2019. Una investigación de hábitos indicó que el 37% de los habitantes de Lima dejaron de consumir casi por completo productos con octógonos. En esta línea, un informe de Unicef comprobó que el 58% de los consumidores uruguayos cambió su decisión de compra al ver el etiquetado negro.